Heidi| Extra Los cuervos.

Capítulo 9

—¿Aceptaste la oferta de trabajo?

—Sí. Ya firmé contrato.

—¿Y cómo te sientes? —Ian juguetea con mi cabello al estar usando su regazo como almohada —deberías estar pegando de brincos, ¿no?

—Estoy contenta, porque puedo trabajar de algo que me gusta y si comienzo a pegar de saltos, es probable que termine en el suelo.

Me rio. Despego la mirada del televisor para enfocarla en él. Su melena rubia la ha dejado crecer, según él porque se ve irresistible para mí. Mis dedos vagan por su pecho hasta trazar la línea de su barbilla donde hay pequeños vellos.

—No si antes lo evito, Heidi.

Le sonrío. Han pasado tantas cosas en nuestra relación en estos 8 años, bastante, ¿verdad?

—Ian, he estado pensando...

—No me digas —se burla y blanqueo los ojos —vale, continua.

—Decía que ha pasado mucho tiempo que estamos juntos y me preguntaba si a ti te gustaría llevarlo a otro nivel, algo así como, ¿vivir juntos? Tal vez... comprometernos, quizás esperar dos años más, no lo sé.

Mis nervios aumentan al finalizar la frase. Yo de pequeña decía que nunca iba a enamorarme, casarme y tener bebés, pero ahora que lo pienso, me gustaría formar una familia, sobre todo si es con Ian Vaughan.

Me reincorporo hasta trepar sobre su regazo para quedar sentada. Las comisuras de sus labios tienden elevarse en una sonrisa.

—¿Quieres casarte conmigo?

Asiento con la cabeza.

—¿Y quieres que sea tu esposo? —vuelvo asentir. —¿Y tener bebés gorditos y bonitos?

Por tercera afirmo.

Las mejillas de mi novio se tiñen de rojo y sus ojos se cristalizan, los míos también no tardan en escocerme.

De un momento a otro, Ian me toma de la cintura con fuerza obligándome a quedar contra el sillón donde aferra sus rodillas a los costados de mi cintura quedando encima.

Sus labios se detienen a escasos centímetros de los míos.

—Sí quiero, sí a todo, mi hermosa Heidi.