EPILOGO.

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Agatha.

Desde hace un mes fue que me vine a Londres y no he sabido nada de él y es lo que más me duele, en unos minutos llegara el avión que trae a mi mejor amiga la hubiera querido desde ante pero tenía que sacar sus papeles como el pasaporte, se demoraba un mes en que le llegara y como siempre mi pequeña está durmiendo en mis brazos no quería que la trajera en su coche ya que ella es grande pero pesa eso no se da cuenta, veo por las grandes ventanas que tiene el edificio que está aterrizando un avión un LAN me dirijo a las escaleras mecánicas para esperar y que no se pierda, lo más raro es que ante de subirse al avión me dijo que me traía una sorpresa espero que no haya gastado mucha plata la conozco y la habrá hecho para agradecerme por todo, pero es porfiada cuando le digo que no me tiene que dar nada, comienza a bajar personas después de unas 20 personas recién la puedo ver que al verme comienza a saludarme yo lo hago con una mano ya que con la otra estoy sujetando a mi hija que comenzó a despertarse menos mal, la dejo en el suelo mientras Luna se acerca y me da un abrazo de oso casi se me escapa si no es porque la sujeto de su manito mientras que le casi medio devuelvo el abrazo, minutos después me deja por fin respirar para abrazar a mi hija que está inquieta solo quiere jugar pero no la dejo hasta que llegue a casa

-como te fue en el vuelo?

-cansado no puedo creer que tantas horas sentadas me deje el trasero cuadrado

-siempre pasa

Le digo mientras que nos reímos hace mucho que no me reía como lo hago ahora que hasta lagrimas me salen minutos después, ya más calmadas seguimos hablando

-algo interesante en el avión?

-no amiga aun no me cases ¡sí!

-¡ok!

Le digo mientras me rio leve porque en cuanto mire para otro lugar es cuando lo veo allí parado más allá de Lunas, al ver que no la miro se gira para ver que estoy mirando y me sonríe eso no me gusta

-te gusta la sorpresa?

-sorpresa dices!?

-sí, amiga el vino a buscarte

-a mí?

-si a ¡ti!

Quedo sin palabras no me dice nada porque Alex se acerca de apoco como si temiera que saliera corriendo pero no y no es que no quiera si no porque mi cuerpo y mi cerebro no me dejan estoy como estatua allí parada mirándolo, nuestra hija al verlo ya muy cerca de nosotras se suelta de la mano y corre a él y por primera vez la escucho que dice

-pa!

El la toma en sus brazos y nos quedamos mirando por lo que está pasando no puedo creer que haya entendido que él es su padre, mi corazón se volvió brando porque comencé a llorar él está cerca como para sacarme las lágrimas de las mejillas

-que… haces… acá?

Le digo entre cortado por el llanto no me dice nada solo me besa con tanta ternura, pasión, lujuria, deseo con todo lo que un ser humano puede sentir con un beso, nos separamos solo centímetro por nuestra hija que quedo en el medio observándonos

-te amo y ahora no te dejare que te me escapes

-yo tampoco te dejare ir

-ninguno de los dos

Decimos al mismo tiempo unas palabras tan sagradas después de todo el amor gano y no la venganza. 

El amor puede ser mas fuerte que la dulce venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora