CAPITULO 10

86 6 0
                                    

-¡dios! Luis si, si, si, justo ¡allí!

Y los gemidos se hacían más fuertes lo único que quería era vomitar por escuchar sus cochinadas de verdad es una zorra sin carnet de salud, me voy de donde está el DJ para que nadie sospeche me quedo en la puerta para escuchar más y tener que aguantar pero lo que más quiero ver es la cara de Alex.

Alex.

Estaba con mis amigos tomando unos tragos de repente se apaga la música para comenzar a escuchar gemidos de una pareja de seguro le están haciendo una broma, pero al escuchar la voz de Molly que es la que está gimiendo pero lo que más repugnancia me dio fue cuando el maldito le dice

-dios! Molly sí que te extrañaba

Todos se quedan callados y me miran algunos con lastima otros morbosos, realmente quería matarlos por mi orgullo después de todo no siento nada por ella, pero soy hombre y nadie ni siquiera una zorra me dejara en ridículo subo hasta el segundo piso comienzo abrir las puertas hasta que encontré la que quería que quedaba al final del pasillo, en cuanto abro la puerta me quede estático por lo que veía solo diré que parecen unos perros al abrir la puerta me quedan mirando paralizados en plena acción, me mira sorprendida porque la haya pillado y más en como esta sé que nos están escuchando le digo

-eres una ¡zorra!

-Alex!

-no te quiero escuchar hemos terminado ¡ME ENTIENDES!

Le digo ante de salir y dejándola allí gritando mi nombre lo único que quiero es salir de allí y no ver a nadie por la humillación que estoy pasando, llegando a la puerta la veo no lo pienso ni dos o tres veces la coloco en mi hombro para llevármela, no grita al principio después de todo la tome por sorpresa pero se recuperó casi al instante gritando

-¡BAJAME! ¡ALEX! ¡MALDICION! ¡ALEX!!!

Llego hasta mi auto la bajo al a ser lo me da un combo en la quijada y sí que me dolió pero no le doy importancia, saco el pequeño control del auto desactivo el cerrojo del auto abro la puerta y la meto dentro cerrando de nuevo para que no escape, rodeo el coche solo le saco el seguro de mi lado para que no pueda escapar entro cerrando la puerta, con esta tecnología de ahora no necesito la llave para encenderlo el silencioso rugir del motor me medio tranquilizo ya que Agatha aun grita como una loca

-¡MALDICION!!! ¡ALEXANDRE SUELTAME!!! ¡YAAAA!!!

-Agatha cállate ¡por favor!

-QUE ME CALLE SI ME ESTAS SECUESTRANDO!!!

-deja de gritar ¡sí!

-no me digas lo que tengo que hacer

-por lo menos no estas gritando

-¿a dónde vamos?

-a ¡Iquique!

-¿what? ¿Por qué?

-por este fin de semana no quiero ver a ¡nadie!

-¡ya y que tengo que ver con eso!

-por más que no quiera pensar en ti no puedo lograrlo

-por eso me secuestras?

-si por eso

Le digo aun mirando la carretera en ningún momento ni de reojo la mire por miedo a ver disgusto o más frialdad en sus ojos.

Agatha.

Me quede callada no podía decir palabras, me sentí extraña esto es lo que quería que se enamorara de mi pero porque me siento tan desbastada, miro por la ventana para ver solo un desierto no sé cuántas horas pasaron que me comenzó a dar sueño apoye mi cabeza en la ventana a la vez cerrando los ojos ya estaba muy agotada por todo, “¿porque me mueven?” me pregunto aun con sueño no me muevo del lugar donde estoy hasta que escucho la voz de Alex

-Agatha! Despierta?

“¿porque escucho su voz?” me vuelvo hacer otra pregunta que creí que no tendría respuesta hasta que me acorde que estoy secuestrada por Alex, en su auto que ahora lo pienso bien no se está moviendo, me siento de golpe para mirarlo el muy desgraciado me sonríe mientras que me dice

-¡ya llegamos!

-dónde estamos?

-en un ¡hotel!

-que quieres hacer conmigo en un hotel?

-nada mal pensada solo quiero abrazarte eso es todo

-¡oh!

Le digo fue todo lo que pude decir él tampoco me dice mas solo me indica que salgamos, no se las calles nunca he estado en Iquique en frente de nosotros hay un hotel no es tan lujoso como para decir que es de cinco estrella yo a lo más que sumo tiene tres estrellas entramos en el para encontramos con una mujer de mediana edad sentada atrás del mostrador leyendo el libro más leído por las mujeres y que han hecho la peli 50 sombras de Gray, de verdad todas están fascinada por Christian Grey un joven millonario que sus gustos eróticos son peculiares que toda mujer que ha leído el libro quiere ser su sumisa, para mí no están fascinante aun no me atrevo a leerlo y no si pueda soy de mente abierta pero no sé si tanto, salgo de mis trance para mirar a la mujer que está hablando con Alex

-señor solo me queda una habitación con una cama

-está segura?  

Le pregunto casi en susurro de verdad estoy más que nerviosa estar con él en la misma habitación y más si en la misma cama, el me mira pero no hace ningún comentario o que me sonría como si quisiera comerme solo es una mirada diciendo “¡perdón!”, solo suspiro “nada pasara entre los dos” me repito una y otra vez lo miro y le digo

-está bien?

-segura?

-sí, señora nos da la habitación?

-claro que si

-gracias

-espero que la disfruten chicos, piso tres

Nos dice ante de entregarnos la llave que está sujeta a un pedazo de madera con un numero 120 que es la habitación que nos toca, caminamos por un pasillo medio oscuro hasta llegar al ascensor aprieto el botón para que baje ya que nos indica los números de arriba que está en el cuarto piso, segundos después se abre las puertas entramos en el que está vacío en el lado derecho están los botones que controla el ascensor aprieto el número tres y el de cerrar las puertas del ascensor en cinco segundos llegamos al tercer piso, entramos a un pasillo como al anterior caminamos hasta el cuarto 120 al entrar al cuarto solo me voy a la cama donde me acuesto ni siquiera pienso en donde dormirá solo quiero dormir. 

El amor puede ser mas fuerte que la dulce venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora