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Pero, ¿Y aquí que pasó?

James

Al día siguiente muy temprano llegó el doctor, le hizo las revisiones pertinentes y nos dijo que estaba bien y que estaba evolucionando muy rápido, Gracias al cielo solo se había quebrado una pierna y un brazo, aparte tenía un leve contusión debido a que se golpeó la cabeza con el volante por el impacto del camión contra su auto; para el aparatoso accidente que había sido, estaba más que bien.

Horas más tarde llegó mi madre con comida y ropa nueva para mí, se le veía más descansada, yo acepté la muda de ropa pero decidí ir a casa para dormir un poco más y bañarme, volvería en la noche para quedarme nuevamente y mi madre se fuese para la casa.

—Mamá yo voy a casa para descansar como Dios manda, estas camillas no se la llevan bien conmigo.

— Que te lo digo yo— dijo mi padre divertido aunque un poco adolorido.

Todos reímos por un momento pero luego se hizo un silencio algo incómodo. Me despedí dándole un beso a cada uno y luego me retiré. Bajé hasta el estacionamiento, me metí en mi auto y me dispuse a conducir hasta mi casa.

Durante el camino no dejaba de darme vueltas en la cabeza ¿Qué hacía Bruce Andrews en el hospital? Recordar que vestía solamente una toalla me hizo reír de nuevo, ¿Pero que hacía ahí? No le vi ningún golpe, ni moretón o alguna dolencia física visible que justificara que haya visitado el hospital.

Al darme cuenta que le estaba dando mucha importancia a Bruce aparté esos pensamientos de mi cabeza. Pasé el resto del camino con la vista fija en la carretera pero sin pensar en nada, tenía la mente en blanco.

Al llegar a la casa me fui directamente a mi cuarto, me quité toda la ropa, la dejé en el piso y me dirigí al baño, me dí una larga ducha de agua caliente para quitarme toda la pesadez que tenía encima, no sé cuánto tiempo duré, lo que sé es que después de tanto comenzó a salir el agua fría, cerré el grifo, me sequé el agua con una de las toallas que estaban en el baño; mientras me secaba me ví el hombro y, justo donde habíamos chocado Bruce y yo, había una marca roja como de una quemadura ¿Pero por qué? No habíamos chocado tan fuerte, y si así hubiese sido, me hubiese quedado un hematoma, no una quemadura. Las cosas junto a este chico se están volviendo muy raras.

Dejé de pensar tanto en eso y me envolví la toalla alrededor de la cintura y bajé hasta la cocina para ver que podía comer, revisé el refrigerador para ver si había quedado algo de la comida que había cocinado ayer y, como si había decidí calentarlo.

Mientras se calentaba lo que quedaba de la pasta a la bolognesa, recordé lo que había visto en la caja fuerte, ese estado de cuenta, recuerdo que mi padre le había hecho una transferencia de 250 millones de dólares a Maria Lugo, ¿María Lugo no era la doctora quién había asistido el parto de madre? ¿Por que le hizo una transferencia de tal cantidad a ella? Siendo ella una simple doctora, no creo que halla sido eso lo que costó la operación del parto de mi madre, ya que ella no pudo darme a luz de manera natural, tuvieron que hacerle cesárea, pero tampoco creo que haya costado tanto.

El olor a quemado que desprendía la pasta en la olla me sacó de mis pensamientos y la removí para que no se quemara. Luego de haberla calentado me senté en el comedor de cristal con la misma olla donde calenté la comida para comer digamos que "en paz" aunque lo menos que tengo en estos momentos sea precisamente eso, paz, me daba pereza ensuciar un plato así que decidí comer desde la misma olla.

Mi otro yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora