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Asuntos pendientes

Bruce

Al día siguiente me levanté muy temprano para ir al colegio, este es mi último año antes de graduarme y no quiero perder muchas clases porque podría costarme el título.

Hice toda mi rutina matutina antes de salir, luego de eso, como siempre; mi madre me llevó hasta el colegio. Como siempre le recordé de que ya era hora de que yo tuviese mi propio auto y como siempre me ignoró.


Fui caminando hasta la entrada del instituto y recordé que la primera clase del día es literatura, y para colmo tengo como compañero de asiento nada más y nada menos que a James, pero no por eso voy a dejar de entrar a clases, si lo que quiere es pelear puedo estar tranquilo porque sé que al menos mientras estemos en clase no podrá hacer nada.

Al entrar en el salón instintivamente dirijo la mirada hacia el asiento donde me corresponde estar y como me lo esperaba, en el asiento de al lado está sentado James.

Al verme entrar éste me lanzó cuchillos con la mirada, como era de esperarse; pero yo decidí ignorarlo y seguir caminando como si nada. Al sentarme sentí como si se me bajara la tensión, sentí un extraño mareo, comencé a sudar y tenía las manos frías. James pareció darse cuenta, porque noté su furtiva mirada, pero al parecer él tambien se sentía mal.

Lo noté porque mi malestar así como llegó se fue, por eso pude ver que se llevó una mano al rostro tapándose los ojos, mientras que con la otra se agarraba tan fuerte a la mesa que su mano se puso más blanca de lo que es.

Hice como que no lo ví, entonces al parecer también se le pasó el yeyo porque lo oí gruñir en voz baja, aunque con suficiente volúmen como para que lo escuchara:

— Mira idiota, espero no se te haya olvidado que tenemos asuntos pendientes.

Lo miré y estaba viendo hacia el frente, aún no había llegado el profesor Willis pero supongo que trataba de disimular.

— Lo sé idiota— respondí por mi parte, no soy de decir groserías, pero no me iba a dejar intimidar.


Parece que no le gustó mi respuesta porque vi como se tensó al oír lo que dije, supongo que de la rabia. Desde el inicio siempre quise que fuésemos amigos, y lo mantengo, pero la verdad es que no sé que le hice para que me odie.

¿Será por lo de su padre? ¿O debería decir nuestro padre?

Y como si me hubiese iluminado la luz del entendimiento comprendí todo de golpe. Recordé el primer día de clases cuando James me preguntó quienes eran mis padres. Él siempre se mostró indiferente hacia mí porque no me conocía, pero pareció aceptar ser mi amigo cuando me propuso llevarme hasta mi casa, luego de eso me preguntó por mis padres y cuando dije que Frederick era mi padre, él casi se ahoga con el café que se estaba bebiendo. Ahora que lo pienso, él comenzó a tratarme como a un enemigo a partir de allí.


El profesor Willis llegó al salón, y tras darnos los buenos días le dió comienzo a la clase. Durante los 45 minutos de clase estuvimos hablamos sobre “Viaje al centro de la tierra” de Julio Verne.

James estuvo muy atento a la clase, opinaba, hacía anotaciones y era muy participativo en la clase, por lo visto ya ha leído la novela. No sabía que le gustara tanto un clásico de la literatura, eso es otra en la que nos parecemos, sabía que teníamos nuestras similitudes, pero tampoco que tanto. Por mi parte yo aún tenía algo de mareo, y un poco de calor, pero igual estuve muy pendiente de la clase, ya que esa es una de las obras que más me gustan de Julio Verne.

Mi otro yoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora