Capítulo 1: Los secretos de papá

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Norte de Alemania

Residencia Drevis

Abajo estaba oscuro, apenas podía ver.

Mi habitación por las noches daba miedo. Sentía un escalofrío que no me dejaba dormir. Es por eso que baje al sótano, donde se encuentra mi papá, me acerque a su puerta y suplicante y con miedo la toque tres veces.

Toc Toc Toc

-Padre... -Y aguarde afuera a que me oyera. Pero nadie me abrió. Tenía mucho miedo. Y volví a golpear tres veces.

Toc Toc Toc

-¿Padre?... ¿Estás ahí? - Pregunte acercándome un poco a la puerta.

Pasó un minuto y de golpe, asustándome salió corriendo a mi enfrentamiento.

- ¿Padre? - grite del susto.

- ¡Aya! ¿Cuántas veces te he dicho que no debes venir aquí? - Me grito enfadado mientras se quitaba la mascarilla de médica y con un dedo se subía los anteojos por el puente de la nariz.

- Lo siento, padre. Es que tengo mucho miedo de dormir sola

-Aya, no te preocupes, nunca estas sola.- Se agacho para estar a mi altura y hablarme.- Tu difunta madre estará siempre ahí a tu lado. Ella siempre esta cuidando de ti, Aya. - Me acaricio la cabeza como acto cariñoso y se paró rápidamente. -¿Está bien? Ahora por favor ve a la cama.

- Si padre. - Dije obediente.

-Buena niña. - Me dijo sonriendo y me di la vuelta apenas di tres pasos recordé algo.

-Padre, mañana es... - Dijo algo triste volteándome para verlo.

-Sí, el aniversario de su muerte. Visitaremos juntos su tumba. - Me dijo mientras me miraba con cariño.

-Está bien. - Le dije feliz de que fuéramos juntos a visitarla.

-Ahora regresa a tu cama. Yo me iré también a descansar pronto. -Me aviso y entro a su laboratorio y comenzó a alejarme lentamente.

-Detente. - escuche de golpe y me asuste, provenían del laboratorio de papá- No, por favor. Auxilio. ¡Ayúdenme! - Gritaba y gemía de dolor una voz aguda desde la habitación en donde estaba papá.

Por último se escuchó un ruido metálico, como... como una sierra eléctrica y los gritos fueron más fuertes hasta que de golpe cesaron.

Y justo en ese momento me sentí libre de irme corriendo.

Esos gritos.

Eran horribles.

Eso gritos irrumpían en mi mente y cada vez que oía uno sentía que no me podía mover. Como si fuera respeto a la persona que estaba muriendo.

Esos gritos... los provocaba mi padre.

Yo sé el secreto de papá. Mi padre es un científico. El ama experimentar y siempre está encerrado en el laboratorio del sótano.

Y siempre he oído cosas desde el laboratorio. Todo tipo de ruidos. Gritos animales y humanos. Incluso siendo tan chica, yo, a mis 11 años, ya sabía lo que mi padre estaba haciendo.

Por eso hacía de cuenta que no veía. Que no sabía ni escuchaba nada. Fingía ignorancia todo el tiempo. Porque yo amaba a papá.

Ese no es el único secreto que se.

Cuando mamá y yo no estábamos cerca el y su asistente...

Corría por los pasillos del sótano. No encontraba a mi conejito y iba directo a pedirle a papá y a María que me ayudaran a buscarlos porque mamá no estaba. Pero cuando llegue escucha algo muy raro. Y me acerque a ver por el agujero del picaporte.

- Una buena muestra. - Decía papá mientras se quitaba los guantes que tenía llenos de sangre.

María tomo unos atecillo y los coloco en otra mesa.

- Me dispondré a ordenar los materiales restantes. - aviso María.

-Eso puede esperar. Ven, María. - Dicho esto ella se acercó.

-Doctor... - Dijo algo avergonzada. No lograba entender que estaba ocurriendo.

Hasta que él la abrazo y la subió a la mesa. Y segundos después se besaban y mi papá... él le estaba besando el cuello a María.

- Ella se alejó un poco y comenzó a hablar cargada de tristeza.

- Doctor, ella es consciente de nuestra... relación. - Le decía ella mientras el continuaba besándola, aunque se alejó de golpe.

- ¿Mmm? ¿Y qué importa? - Pregunto él confundido.

-No creo que ella sienta afecto por mí, ese es el problema. - Decía ella algo molesta.

-La niña pronto tendrá 11, por supuesto que es una edad problemática. - Le explicaba papá a María como si fuera algo simple y obvio. Se amable con ella, por favor. - Estaban hablando de mí. Yo era aquella niña problemática. Y papá ¿No amaba a mamá? O ¿Ahora las amaba a las dos? - Asegúrate de que ella nunca se vea perjudicada. - Le ordenaba mi papá. - Ella es la más preciada. - Agrego antes de volver a besarla. Y asustada y confundida me aleje de la puerta rápidamente.

Entonces papá ya no amaba a mamá. Porque no podía amarlas a las dos. Mamá siempre me había dicho que siempre había una persona que era la única, la indicada. Aquella que elijes para jamás abandonar. Siempre lo amaras, pero mi padre... él esta con María y también le muestra afecta y cariño a mamá.

Papá está engañando a mamá.

Mad FatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora