Capítulo 2: Recuerdos de la infancia

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No podía dormir. Y ahora menos, porque apenas había logrado mantenerme con los ojos cerrados hasta que escuche la campana que indicaba que ya era media noche.

Hoy era el día en que mamá murió.

Nunca puedo dormir cuando pienso en mamá.

Me senté en la cama y coloque los pies en el suelo. Ya no podía dormir y se sentía algo muy extraño. De pronto todo estaba más oscuro, como si fuera posible. Y sentía un frío seco por toda la habitación.

Me levante y fui hacia mi mesita de noche. Allí había un retrato de mi mamá.

Era una pintura que le había hecho mucho meces antes de que ella muriera.

Salía con su cabello largo y castaño oscuro. Tenía una línea al medio y traía puesto su vestido azul favorito. Era azul Francia. Papá y yo se lo regalamos para su último cumpleaños.

Mamá… Ella era tan hermosa. Me quede mirando, esperando a que ella pudiera darme una señal de algo.

¿Qué debería hacer mamá? Amo a papá pero… Ella me da miedo.

Ella siempre esta mirándome con esos ojos.

La odio.

Pero se que a papá le gusta. Supongo que si ella y papá se casaran, ella seria mi nueva mamá… No quiero que ella sea mi mamá. No necesito una nueva mamá.

Solo hay una única mamá en el mundo para mí…

Mamá… ¿Por qué tuviste que irte?

Caminaba por mi habitación, aburrida esperando a que algo de sueño me viniera. Comencé a mirar mis juguetes. Allí había una muñeca pequeña con un vestido verde claro. Papa me la regalo. Esta muy vieja y desgastada. Nunca olvidare el día en que me a regalo.

Nos habíamos mudado. Mi habitación era enorme. Tenia muchos mueble pero aun no tenia ropa o juguetes con que llenarlos. Para me había dicho que tenia una sorpresa para mi. Se acerco a mí y quito sus manos de su espalda. Tenía una muñeca.

-¡Te traje un regalo, Aya! – Me dijo feliz tendiéndomela para que la tomara.

- ¡Waw! ¡Es una muñeca! – La tome y le acaricie un poco el cabello, era muy suave. - ¡Gracias, papá! – Le dije muy feliz e ilusionada. - ¡Que muñeca tan bonita! – Dije abrazándola, y la examine un poco más. Parecía casi real. Tenía la piel suave, el cabezo sedoso como el mío. Hasta sus ojos brillaban como si pudiera llorar ella misma.

 

No sabia que hacer, aun estaba muy despierta y no tenía nada que leer. Comencé a leer los títulos. Y a quitar los libros para ver las portadas.

~ El Cuarteto Oscuro~

~ Horus el Comerciante ~

~ El Extraño de Ojos Rojos~

Pero cuando quite un poco el lomo del libro algo brillante callo de ahí.

Era una… ¿gema?

Esto era muy extraño, pero por si acaso la tome y me la guarde.

Seguí examinando cuando escuche un ruido. Voltee y… Snowball, mi conejo se había despertado también y se estaba rascando su oreja con sus patitas. Me acerque y lo acaricie un poco.

Y de pronto…

El cuarto se siente mas frío de repente.

Estoy un poco asustada… Debería regresar a la cama.

Mad FatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora