Capítulo 3: Víctima de una maldición

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Salí de mi habitación y comencé a caminar hacia el cuarto de papá pero… Comencé a oír silbidos y ruidos muy extraños, y me frene.

¿Qué es ese sonido? ¿Son voces acaso?

De pronto escuche un sonido muy extraño. Como algo húmedo moviéndose. Y algo se movió. Comenzaron a aparecer huellas de sangre en la pared, luego en el piso. Se dirigían a mí y cada vez estaban más cerca. Hasta que llegaron en frente mío y se detuvieron.

También oí más ruidos húmedos. No entendía, era como si algo mojado o manchado se arrastrara.

Y de pronto la luz se apagó, todo quedó a oscuras. Y fue cuando escuché un gruñido y volvió la luz.

En frente mío había… ¡Que asco!, una criatura horrenda que gruñía y estaba bañada en sangre. Tenía ropas viejas y completamente rotas. Junto a él estaba el responsable de los ruidos extraños. Había un torso… un cuerpo sin piernas que se arrastraba y dejaba un charco de sangre a su paso, me aleje y me siguió. Y entonces algo más interrumpió mis pensamientos.

-¡Por aquí! – Grito una joven voz detrás de mí.

-¿Quién es? – Dije volteándome.

-¡Ven por aquí!

-¿Hay alguien ahí…?

Pero no lo pensé ni espere respuesta, salí corriendo en la dirección contraria. De donde esa voz provenía.

Doble en el pasillo y allí había un niño de perfil, solo veía su lado izquierdo. Era rubio de ojos café, tenía la vos grave y vestía un pantalón marrón, una remera blanca manchada con sangre y sostenida por tirantes. Estaba descalzo y era muy pálido, debía de estar enfermo.

-Ven por aquí. – Dijo dándose la vuelta y dirigiéndose a la puerta.

-Espera, ¿Quién eres? – Pregunte frenando desesperada. No era que no confiara pero… había algo muy extraño. – ¡Dímelo! – Insistí.

EL freno y volteo rápidamente.

-Eh dicho ¡Que por aquí! – Me grito enfadado.

Ahí pude ver su rostro entero y… no estaba entero. Le faltaba un ojo y parecía estar sangrando y todo lastimado. Era realmente espeluznante. Me aleje asustada en la otra dirección.

Pero frene al recordar a las criaturas despellejadas que me bloqueaban el camino y gruñían. Sin pensarlo me metí en mi habitación  y cerré la puerta con traba y corrí una mesa para estar más segura.

Respirando agitada del miedo y de los nervios voltee y me asuste al ver una figura parada frente a mi biblioteca de libro, completamente de espaldas a mí.

Vestía de negro completamente, e incluso llevaba un sombrero a juego.

- ¿Eh? ¿Quién es? – Pregunte cautelosa.

- Hay libros bastante interesantes en este cuarto… – Decía su voz ignorando mi pregunta. - ¿Te gustan los libros, querida?

-¡¿Quién eres?! – Insistí algo enojada.

-Bueno, no seas tan agresiva. – Dijo caminando hacia el centro de la habitación. Por fin enfrente de mí lo pude ver mejor. Era la persona más pálida que vi en mi vida. Tenía rasgos muy finos y puntiagudos. Una nariz fina y perfecta. Ojos pequeños y achinados. Orejas largan y puntiagudas. – Soy simplemente un vendedor. –Explico.

-¿Vendedor…? – Pregunte dudosa.

-Llámame Ogre. – Dijo quitándose el sombrero e hizo una pequeña inclinación de cabeza como salido. No tenía cabello, era completamente pelado. – Espero llegar a conocerla, jovencita.

Me quedo en silencio observándolo.

-Pero es bastante problemático. Pensar que hay cadáveres merodeando por esta casa.

-¿Cadáveres…? – pregunte horrorizada, esas cosas estaban vivas. - ¿Esos monstruos de antes?  Parecen monstruos de un cuento. – Dije. - ¿Por qué monstruos como esos…?

- Bueno, es una maldición. – Explico. – Lo que viste son los cadáveres de sujetos de prueba de tu papá. – Agrego. – Abrumados por la ira, aquellos sujetos han sido devueltos a la vida por el poder de una maldición. Para vengarse de tu padre, por supuesto. – Concluyo finalmente.

- ¡¿Qué?! – Pregunte asustada. Toda esa gente, mi padre la asesino. - ¿Entonces papá está en peligro? ¡Tengo que salvarlo! – Dije decidida.

-¿Por qué? -  Pregunto confundido. – Para lograr sus deseos, él ha matado a mucha gente como parte de sus experimentos. Esto es una retribución. Deberías haberte dado cuenta ya… De la verdadera naturaleza de tu padre. – Me cuestiono. - ¿Y aun así deseas salvarlo? – Pregunto como si fuera algo lógicamente estúpido.

Me puse triste, tenía razón pero… él era mi padre. Es la única persona que me queda. La única que me ama, porque María no me quiere. Siempre me mira así de extraño. ¡Tengo que salvar a papá!

Corrí la mesa, destrabe la puerta y me fui de la habitación. Tenía que salvar a mi padre e iba a hacerlo.

<<Vaya, vaya… - Pensaba Ogre. – Tal vez ella no puede entender aun su sufrimiento.>>

Mad FatherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora