Capitulo 2

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-¡¿Ho-Hola?!- Dije nerviosa.

-Se está comunicando con el departamento de policía de Denver, ¿cuál es su emergencia?- Me respondió una señorita con voz muy calmada y relajante.

-U-Un tipo entró a mi casa y...y quiso matarme, acaba de salir corriendo de aquí- Le avisé tratando de calmarme.

-Señorita, asegúrese de cerrar puertas y ventanas, por su seguridad- Me advirtió.

-Sí, ya lo hice- Le dije tranquila.

-Muy bien, ahora descríbame al hombre que entró en su casa, por favor-

-Pues, llevaba un jersey verde amarronado, algo en la boca que parecía un bozal, goggles naranjas...-

-¡Espere!- Me detuvo.

-¿Sí?-

-¿Llevaba una capucha azul?-

-¡S-Sí! ¿Cómo lo sabe?- Pregunte sorprendida.

-Señorita, no me corte, le voy a pasar con el jefe del departamento de policía- Dijo muy apurada.

-O-Okay...- Dije confundida.

-¿Hola?- Saludó una voz masculina bastante grabe.

-Hola-

-Podría describirme al hombre que entró a su hogar- Dijo con tono nervioso.

-Por supuesto...-

Respondí varias preguntas, así como mi dirección, la hora en la que el tipo había entrado a mi casa, hace cuánto había escapado, etc...

-Mandaremos una patrulla a recogerla para traerla a la comisaria, no salga de su casa hasta que escuche la sirena- Dijo el hombre.

-¿Es para tanto?- Pregunté incrédula.

-Sí señorita, de momento es la primera testigo sobreviviente de ese chico...- Dijo el policía para luego colgar.

¡¿Qué había sido eso?! ¡¿Qué clase de policía tranquiliza así a alguien al que acaban de querer asesinar?! Supuse que dentro de mi casa y con todo cerrado nada podría ocurrir, así que me senté al borde de mi cama.

Me puse a observar los árboles por la ventana, la luna que estaba particularmente hermosa esa noche, iluminando la calle al igual que las farolas, pero a pesar de eso el bosque de enfrente seguía tan oscuro, sombrío y aterrador como siempre. No se podía distinguir nada, ni siquiera dónde terminaba el tronco de un árbol y empezaba otro. Pero... sí pude notar una figura: era un ser muy extraño, alto casi como uno de los árboles, con largos brazos que casi llegaban al suelo y un rostro sin ningún rasgo, solo era una cabeza blanca, sin ojos, boca o rasgos característicos. Parecía vestir un traje con corbata roja y no era consciente de que lo observaba, a pesar de no tener ojos, podía notar que miraba a un lado, como si mirara la calle, en algún punto en el que yo desde la cama no llegaba a visualizar...

Pero esa "cosa" apartó la "vista" de allí y volteo la cabeza hacia mi ventana, sentía como si tuviera la mirada clavada en mí y yo no podía apartar la vista de él. Empecé a escuchar un irritante zumbido, cada vez más potente y más molesto. Aparté la vista de la ventana, cerrando fuertemente mis ojos y tapando mis oídos con mis manos, con los codos apoyados en las rodillas. Por suerte el zumbido paró y quité las manos de mis oídos a la vez que abría los ojos y me encontraba con el suelo de mi habitación, en el que estaban esos goggles naranjas, rotos en el elástico...

Escuché la sirena del patrullero, me levanté rápidamente, agarré mi chaqueta y me la puse, para luego guardar los goggles en uno de los bolsillos y correr hacia la puerta de entrada...

No puedo hacerte daño. {~Ticci Toby~}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora