Presentación

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Era el día siguiente a cuando Izuna descubrió el secreto de su alumno Kagami, por lo cual estaba un poco intranquilo, según las palabras del propio azabache menor, ese era el día en el que "presentaría" a sus dos senseis, esto lo intranquilizaba bastante, cosa que solo le dejaba una gran sensación de posible catástrofe inminente, no sabía cómo el albino podría llegar a reaccionar, como todo iba a acontecer, y tratar de predecirlo para que su alumno no sospeche nada sobre que su otro maestro casi lo mata, lo abrumaba buscando el mejor modo para  actuar.

Respiró hondo por séptima vez esa hora, el momento se acercaba peligrosamente, y no sabía cómo actuar cuando llegue, así que para intentar despejarse tomo un vaso de agua, para después volver a respirar profundamente tratando de tranquilizarse, acomodar sus pensamientos y ahora con más calma hacer una buena estrategia, cosa que ahora ya un poco más calmado se le facilito, pero esa tranquilidad se esfumó completamente cuando escucho un golpe en la puerta, para cuando vio por la ventana se identificaba perfectamente a Kagami, quien se le veía con una gran sonrisa.

Bien, el momento había llegado, debía actuar lo más calmado posible para no levantar sospechas en la mente de su alumno, así que puso su sonrisa calmada más convincente y fue a abrir la puerta para dejar pasar al pequeño de onix mirada, quien se notaba que estaba muy alegre y emocionado.

- Ohayo Izuna-sensei. - Saludo jovial el de menor edad con una sonrisa en su rostro.

- Ohayo Kagami, ¿Como estás? - Preguntó dulcemente el mayor con ese tono sereno y dulce que solo empleaba con personas que eran muy cercanas a él, quienes únicamente eran su hermano mayor Madara y el pequeño Uchiha frente a él.

- Bien sensei, venía a invitarlo a un lugar especial, ya que el día esta soleado pensé que podríamos salir. - Ofreció ligeramente nervioso, cosa aceptada por el mayor, si se resistía todo sería más largo y más molesto para su alumno, así que mejor dejarse llevar, aunque obviamente haciéndose el inocente con respecto a su destino.

- Está bien, pero déjame preparar algo para comer primero, ¿Si? Haré bastantes para llevar y poder comer bien allá. - Respondió, eso le daría un tiempo para pensar, además así podría agradecerle discreta e indirectamente al albino el enseñarle a Kagami el arte de la katana.

- ¡Lo ayudo Izuna-sensei! - Se ofreció Kagami, a lo cual el azabache mayor aceptó.

Luego de un rato ya estaban caminando a la frontera, siendo el príncipe Uchiha guiado por su pequeño discípulo hacía la allá, específicamente al punto exacto en el cual se encontraba Tobirama sentado esperándolos.

No tardaron mucho en llegar, Kagami corriendo siendo perseguido por Izuna con una canasta con la comida sintiendo preocupación por a donde se dirigía, pero parando en seco al ver a su alumno abrazando al albino, mostrando auténtica sorpresa por el hecho de que el Senju no oponga resistencia.

Al separarse del abrazo, el de ojos cual rubíes dirigió su vista al frente encontrándose con el otro Uchiha, en ese momento sintió como el mundo conspiran en su contra para hacerlo sentir culpa, llendo a su mente aquel recuerdo de atravesarle el hombro a quien estaba frente a él, quien de reflejo tapó el lugar de la herida, quien casi mata es quien cuido al pequeño al cual tanto aprecio le tiene, si no fuera porque fallo esa vez su ataque, Kagami se hubiera quedado solo.

- ¿Kagami? - Preguntó el azabache mayor, algo tenso por la presencia del príncipe de la aldea de Konoha, sentía algo de miedo, no lo negaría, pero sabía que en frente del pequeño de onix mirada no sería capaz de hacerle nada, ¿O si?

- Izuna-sensei, el es Tobirama Senju, mi maestro espadachín. - Dijo el menor serio, se notaba a simple vista que estaba nervioso y preocupado. - Se que hice mal al no decirte, y que seguramente no me va a dejar seguir entrenando con Tobirama-sensei, pero él me enseñó muchas cosas y... - Decía apresuradamente tratando de convencer a su maestro Uchiha, el cual lo interrumpió.

- Sigue entrenando con él Kagami. - Respondió calmado con el dulce tono de voz que siempre empleaba con este, tratando de tranquilizar al menor mientras se acercaba a este, quien al escuchar las palabras de su tutor se abalanzó sobre él en un abrazo a modo de agradecimiento por dejarlo seguir entrenando con el de ojos color sangre, mientras repetía una y otra vez la palabra "gracias" cada vez más rápido.

Por otra lado, el albino al escuchar y procesar esas palabras se sorprendió, ¿Habrá sido verdad eso que le comento Kagami de que su otro maestro no recordaba a su casi asesino? O si no porque Izuna no se oponía a eso, se veía muy tranquilo según lo que sus ojos rubí le mostraban, pero en la oscura mirada del otro adulto lograba ver cierta turbulencia.

Se acercó a los que residían del otro lado de la frontera de su hogar, dispuesto a decir algo, pero esa mirada oscura y brillante a la vez como el firmamento nocturno lleno de estrellas lo paro en seco, en esa mirada había reflejado miedo, inseguridad, intranquilidad y dulzura, aunque esta última con un muy ligero toque de falsedad.

- Tobirama Senju, ¿Verdad? Izuna Uchiha, es un placer. - Dijo mientras una sutil y perfecta sonrisa se posaba en sus labios, dándole cierta vergüenza por lo linda que era, pero negando internamente al segundo por esos raros pensamientos. - Gracias por cuidar y educar en el uso de la katana a Kagami, le debo mi gratitud. - Continuó haciendo una reverencia Izuna al ver que el otro no emitía palabra.

- No hay de que, la gratitud es mía por dejarlo seguir entrenando conmigo. - Se enderezó el albino devolviendo la reverencia.

- No hay problema, creo que ahora estamos a mano por todo. - Pronunció el azabache mayor dirigiendo su onix vista al contrario, mostrando cierto temor en sus orbes oscuros, tratando de decirle sutilmente al contrario "recuerdo todo perfectamente".

Ante eso la, ya de por si, clara tez del Senju palideció ante la sorpresa y la culpa, pero ese momento de arrepentimiento fue interrumpido por el menor, quien invitó a ambos adultos a comer lo que junto a Izuna había preparado, invitándole al Senju, y usando ese día de entrenamiento como uno de descansó.

★1059 palabras★
Hola, ¿Que cuentan? Yo estoy bien, y bueno, por diversas razones pude subir este capítulo relativamente rápido, en relación a lo que he tardado en subir otros, pero en fin, les agradecería que me dejen su comentario y su voto para saber qué les pareció, sin más por agregar, ¡Sayonara! 

El corazón del rey. (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora