recorrido

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- Entonces - Empezó el castaño, sin saber bien que decir, o como, más bien, ya que no quería que su propuesta, sonara algo, bastante, osada o pretenciosa, o incluso desubicada. - Y... Madara, ¿Que te parece si caminamos un poco? Para poder hablar a gusto un rato, ¿Aceptas?.

Preguntó tratando de ser lo más respetuoso, no quería por algún error suyo desagradarle al azabache, mínimo no por un mal entendido, quería poder conocerlo y agradarle, el contrario le parecía alguien con quien podría llegar a congeniar, ya que si bien por parte la razón de querer conocerlo fue por el hecho de que con solo una mirada el rey de Konoha cayó a la merced de los muy conocidos encantos del Uchiha, sabía que no podía basar un sentimiento solo en atracción física, debía conocerlo.

- ¿Y a donde propones ir? - Pregunto el de onix mirada, con su cara de indiferencia habitual, levantando una ceja y mirando directamente a los ojos marrones del castaño, quien al ver los ojos del contrario se sonrojo muy ligeramente, esos ojos ónix tan oscuros como la noche y tan profundos como el océano, en los cuales cualquiera podría verse perdido y asfixiado por la intensidad de estos, justamente lo que le estaba empezando a pasar a Hashirama, pero la voz del poseedor de esos hermosos ojos lo hizo volver a la realidad como si le hubieran tirado un balde de agua fría.

- Si no tenías ningún lugar en mente, ¿Entonces porque propusiste la caminata? - Pregunto, con una ligera pero notable irritación ante la poca preparación del contrario, entendía que quizá eso de salir a caminar se le había ocurrido cuando acepto su oferta de "amistad", pero pensó que lo había propuesto porque ya se le había ocurrido algún lugar.

- ¿Que tal si... Vamos a pasear por... - El castaño al ponerse a pensar hizo un pequeño puchero mientras se rascaba la mejilla, acción la cual al ser vista por el contrario le pareció algo tierna, pero al segundo recapasito de que quien hacia aquella acción no solo era un adulto, sino el rey de la aldea de Konoha lo hizo cuestionarse la futura estabilidad de la aldea vecina por ser gobernada por alguien que parece ser bastante infantil, no solo por su reciente expresión sino también por su actuar en general tan alegre como si no supiera que existen problemas en el mundo, casi pareciéndose a un cachorro.

- ¿Y si vamos a pasear por Konoha? - Ofreció sonriendo, esto algo forzado por el evidente tono enfurecido empleado por el contrario, ya estaba temiendo el haber metido la pata, miedo el cual creció al ver la cara de "¿Enserio?" Del contrario, no pensó bien esa propuesta, llevar al azabache a recorrer Konoha, lugar donde es conocido por sanguinario y cruel, donde todos tienen miedo.

- Vamos, no pasará nada. - Sonrió tratando de convencerlo, mientras el contrario estaba teniendo un debate mental tratando de decidir su siguiente movimiento, si accedía ir a la aldea, todos lo verían con miedo, rencor, repulsión incluso, pero si se negaba no abría otro lugar para ir, no lo invitaría a pasar al bosque, y no se les ocurria algún otro lugar, por lo que cada uno tendría que ir por su lado, lo cual por obvias razones no lo dejaría estar con el de marrón mirada, por lo que no podría investigar que era ese extraño sentir, así que simplemente suspiro derrotado y empezó a caminar hacia la frontera, haciendo que el contrario al darse cuenta de ese accionar lo vea confundido.

- ¿Vas a venir o no? - Pregunto el azabache. - Tu habías propuesto ir a Konoha ¿No? Entonces avanza. - Estás palabras sorprendieron al castaño, quien se limitó a ampliar su sonrisa y empezar a caminar al lado del Uchiha, dirigiéndose a su aldea.

Estaban caminando en un silencio cómodo cuando ingresaron a la aldea, lugar donde todas las miradas iban a parar a ellos dos, el de orbes color roble respondiendo a estas con un saludo de mano y una sonrisa, mientras el brujo trataba de no parecer abrumado por toda la atención que recibía, caminando erguido y con gran gracia, llendo delicadamente, cosa que hacía que lo observen más que antes.

- Parece que si era cierto lo que dicen. - Dijo con cierta gracia el Senju dirigiendo su mirada a su acompañante. - ¿A que te refieres? - Pregunto devolviéndole la mirada al contrario, a pesar de que esto no se pueda notar por el cabello en su cara. - En el pueblo escuché una vez que decían que tú belleza era tanta como la mortalidad de tu ataques, y ahora más de la mitad del pueblo está babeando por ti. - Respondió sencillamente a la pregunta del azabache.

Quien se sorprendió por esa respuesta, aunque no lo dejo notar, limitándose a erguir más su postura e inflar su pecho con orgullo, siguiendo con la misma gracia a su andar, levantando la cabeza la cual antes tenía ligeramente hacia abajo, dejando ver mejor su rostro el cual tenía una sonrisa orgullosa ahora que notaba que todos, o bueno, unos cuantos, no lo miraban con miedo, sino con atracción a su persona, cosa que siempre adoro, que lo tuvieran en un pedestal, el ser admirado ya sea por su belleza o por su habilidad, inflando su ego marca Uchiha.

Siguieron camino, cada vez con menos personas alrededor, haciendo que el de orbes oscuros como la noche no reciba tantas  miradas como antes, haciendo que relaje un poco su postura, pero manteniendo esa gracia y orgullo que tenía varias calles atrás.

- Y dime. - Comenzó el Senju tratando de sacar conversación ahora que no había casi nadie alrededor. - ¿Tienes familia o algo así? - Preguntó volviendo su rostro para ver directamente al azabache.

- Tengo un hermano menor. - Respondió restándole importancia, no le iba a contar cosas que no le incumbian, como por ejemplo, el nombre de su hermano.

- Yo también. - Contesto alegre, casi pareciendo como cuando un niño descubre que su amigo tiene el mismo juguete que él. - El se llama Tobirama.

Ante esa declaración paro en seco, el azabache sabía perfectamente que Senju Tobirama tenía un cargo importante en la aldea, pero nunca pensó que fuera el príncipe, en especial por la gran diferencia no solo física entre ambos, Hashirama era hermano de quien casi mata a lo único que le queda en esta vida, y si el hermano albino intento no solo matar a su hermano, sino también a cientos de su clan, ¿Porque fiarse del hermano castaño? Si bien había bajado un poco su guardia hace un rato, ahora estaba el triple que en un principio.

★1095 palabras★

Hola, ¿Que tal les está llendo queridos lectores? Al fin les traje el siguiente capítulo de este libro, la verdad no tengo nada más que decir que lo habitual, que tengo mucha tarea y cosas las cuales son de prioridad antes que mis historias, pero eso no significa que dejaré de escribir, simplemente que tardaré un poco más, pero que esos capítulos llegarán, y bueno, también que agradecería que me dejen su comentario y su voto para saber qué les pareció y sin más que decir me despido, ¡Sayonara!

El corazón del rey. (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora