El corazón del rey. (Cancelada)

Descubrimiento

- Madara... ¿Estas bien? ¿Dije algo malo? - Pregunto preocupado de haberlo arruinado el castaño de larga melena, él cual, ahora notaba lo idiota de decirle quien era su hermano menor, Tobirama Senju, el mato a cientos de su clan, decirle a un Uchiha que su hermano es una de las personas que más perjudicó a su pueblo es tan idiota cómo decirle a un ratón que la criatura a la que más le tienes aprecio es a tu gato.

- No es algo de lo que te debas preocupar o que te debas interesar. - Respondió cortante Madara, quien estaba buscando un modo medianamente cortes de retirarse para no cruzarse con el casi asesino de su hermano, ya que si lo llegaba a ver, no dudaría un segundo en matarlo a sangre fría del modo más sangriento que cruce por su mente.

- No era mi inten- Empezó el castaño buscando un modo de disculparse pero fue interrumpido por el llamado de un guardia que venía corriendo a toda prisa hacia él.

- ¡Rey Hashirama! hay dos Uchihas intrusos en el jardín del castillo. - Aviso rápidamente el guardia de brillante armadura, sin saber que por su culpa estaba agitando aún más las aguas entre los dos líderes, ya que en el modo en el que lo dijo, el cual era obvio que remarcaba que los intrusos eran específicamente Uchihas, hizo enojar al de extensa y despeinada melena azabache cual carbón.

- ¿Uchihas? - Preguntó firme y con una ceja levantada el de onix mirada, clavando sus ojos en el recién llegado como si fuera un tigre observando a su presa preparado para atacar.

Al verlo el guardia se asustó al punto de palidecer, era claro como el agua que estaba más que aterrado por la presencia frente a él, pero antes de cualquier movimiento el de ojos café tomo la palabra.

- ¿Intrusos en el jardín del castillo? - Pregunto con la obvia intención de que el guardia note la indirecta de que no tenía que referirse de manera tan despectiva a quien sea que se haya metido al jardín, lo cual, al ser solo la parte de afuera no era el gran pecado.

- Si señor, son un niño de no más de 13 años y un adulto, de aproximadamente 26 años, parecen estar comiendo. - Contesto. - El adulto tiene una cola de caballo baja fina, y el menor tiene pelo corto desordenado, además, si no me equivoco, parecen hermano menor y mayor.

- Oh, seguramente no sabrán que es el patio del castillo, lo mejor será preguntarles amablemente si se pueden retirar, antes que Tobirama se entere y los eche a patadas. - Contesto, diciendo eso último en voz lo suficientemente baja para que el de mirada onix a su lado no escuchará. - ¿Vienes Madara? - Interrogó a su acompañante, el cual accedió casi sin titubear, dirigiéndose de inmediato al castillo sin esperar ni al guardia ni a Hashirama.

Mientras tanto, Tobirama, quien había ido por algo de tomar para ofrecerle a Kagami y Izuna, vio a lo lejos como su hermano se dirigía al castillo acompañado de un guardia y de el líder del bosque, Uchiha Madara, ¿Porque el estaría aquí? El albino sabía perfectamente que su hermano mayor estaba interesado en conocer al Uchiha de desordenados cabellos oscuros como la noche, pero nunca pensó que sería lo suficientemente idiota como para traerlo al castillo sabiendo que el casi mata a su hermano menor y que mato a cientos de Uchihas y habitantes del bosque, era obvio que si se llegaban a cruzar todo terminaría en caos. Pero, ahora que lo notaba, un guardia venía acompañando a ambos, y ese guardia es el que se había cruzado yendo a la cocina, seguramente habrá visto a Izuna y Kagami, y habrá llamado a Hashirama para ver cómo proceder, ya que al ser del bosque si los llegaban a retener, en especial siendo uno un niño, podría generar problemas y malentendidos entre Konoha y su vecino, debía apurarse e ir con ambos Uchihas para decirles que debían irse antes de que llegaran Madara y su hermano mayor Hashirama.

Mientras, ambos hermanos mayores, uno Uchiha y uno Senju, se estaban acercando cada vez más al jardín, donde llegaron justo cuando Tobirama estaba diciéndoles a Kagami y Izuna que ya se debían ir porque Madara y Hashirama estaban por llegar.

Todos los presentes se vieron entre todos, allí estaban ambos hermanos Senjus y los tres Uchihas, mientras que el guardia se había retirados a continuar su ronda de vigilancia por orden del rey al regresar al castillo, todos estaban confundidos, Kagami, Tobirama e Izuna tirando más para el nerviosismo, mientras que Madara a la ira y Hashirama simplemente no entendía nada de lo que pasaba,en especial por ver a su hermano menor, el proclamado mata Uchihas, conviviendo con dos, un niño y otro de al parecer su edad, lo cual luego de quedarse pensando en eso unos minutos se había llevado la idea totalmente errónea de que eran una familia secreta, cosa que cuando lo iba a decir, la palabra fue totalmente acaparada por el mayor de ojos ónix.

- Izuna, ¿Que está pasando aquí? - Exigió saber Madara quien estaba a punto de saltar encima del de ojos rojos para decqpitarlo y clavar su cabeza en un estaca.

- Ni-san, solo vinimos con Kagami a... - Empezó el de cola de caballo sin saber que decir, hasta que su alumno comenzó a hablar.

- ¡Es mi culpa Madara-san! Yo quise venir para que Izuna sensei conozca a Tobirama-sensei, perdón. - Se disculpó el menor ante el líder de su clan, quien vio a su hermano menor quien con una mirada le hizo saber que el menor no sabía que Tobirama era el culpable de su casi muerte y que quería que se mantuviera así.

- Tranquilo Kagami, no es necesario que te disculpes, ahora, creo que tendriamos que ir a casa, ya se va a hacer tarde, con permiso, nos retiramos, adiós, Hashirama. - Dijo el líder del clan Uchiha, para retirarse de allí junto con su hermano y el alumno de este, para cuando ellos ya estén más adelante dedicarle una mirada amenazante al albino, y un saludo de cabeza al castaño.

★1025 palabras★

Hola, ¿Como están? Perdón por tardar tanto en actualizar, pero no sabía bien como seguir este capítulo, además de tener mucha tarea, pero ya empecé las vacaciones así que voy a poder actualizar un poco más seguido, quizá, pero en fin, agradecería que me dejen su comentario y su voto para saber qué les pareció, ahora, sin más que agregar, ¡Sayonara!