VI

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He de omitir los sinsabores y demás contratiempos acaecidos en días pasados puesto que son meras trivialidades, y además, no me dejan tener la luz encendida hasta muy tarde.

¿Sabes? Siento como si la vida me golpeara, ultrajara y escupiera desde todas partes simultáneamente. Estoy atrapado, estresado, cansado y hueco.

¿Qué se puede sentir luego de una terapia de electrochoque?

Tal vez Noah tenga razón y solo deba trozar lazos para poder estar bien conmigo mismo.

Con cada día que transcurre, me siento más y más como ella. (Mi hermana) Y eso me mata.

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A veces solo quisiera desenchufarme y ya. Correr al abrigo de la locura y refugiarme en él hasta que la luz de la realidad se apague por completo. Busco cobijo en la desconexión mental que tan a menudo se me presenta.

Quiero correr, resguardarme en el túnel de espejismos proyectados por mi propia psique.

¿Qué tan mal debo de estar si ahora deseo lo que antaño me aterraba?

El rostro de un demonio me acecha desde la oscuridad, y en mis sueños, mi difunta hermana osa colarse con aquel semblante de aflicción que no augura nada bueno.

¿Quieres saber otra cosa?, No sólo tengo miedo, sino que estoy aterrado. Por mi y por todos. Por todo, y por nada a la vez.

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Quiero salir. No soporto este encierro. Estoy harto de resolver crucigramas y sopas de letras. Yo no quiero estar aquí, ¿Por qué estoy aquí en primer lugar?

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Y entre el arte del bello vivir y los infortunios de un tortuoso designio, opté, si amigo mío, opté por dejarme morir.

Pero ellos no me lo permiten.

Estando aquí dentro he llegado a notar que las personas (pacientes es el término correcto) se repelen las unas a las otras como si fueran veneno. Es doloroso de ver. Pero al mismo tiempo resulta comprensible. Sólo imagina, cada individuo está librando una batalla dentro de su propia mente.

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Trato de encajar. He tratado, con todas mis fuerzas, a lo largo de los años, encajar. Y no puedo.

Maldita sea, ¿Por qué no puedo? ...¿Quieres saber?, Es simple. No soy como ellos. No soy como el resto de personas y eso me jode la existencia.

No sabría por dónde comenzar, pero empezaré por el hecho de que me cuesta mucho simpatizar con las demás personas. Ojalá pudiera ser diferente.

Pero ¿Sabes qué?

No puedo...

No puedo...

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Si el amor me condujo a la muerte, pero el odio me devolvió a la vida, ¿Qué rayos se supone que es correcto sentir?

Por amor llegué al abismo un sinnúmero de veces, y fue por el odio que no caí del todo.

Quiero...quiero creer que hay algo más allá de la muerte, y también quiero pensar que está bien regirme como actualmente hago. Tal vez la respuesta, sea dejar de hacer preguntas. Darme por vencido y dejar que todo pase.

Mi ayer es rojo, mi hoy es gris y, probablemente, mi mañana sea negro.

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Fue una noche turbia, repleta de pesadillas y ese...ese demonio que no deja de perseguirme. El miedo que experimento al verle, me paraliza por completo.

Pensé que ya había cesado y que, gradualmente, se esfumaría. Sin embargo, sigue allí, acechandome. Y le temo, le temo tanto, que desearía morir a tener que verle de nuevo. Dios mio, que pesadilla sin fin.

¿Cuándo acaba?

¿Cuando para?

¿Qué es lo que quiere?

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Querido amigo:

¿Crees que Dios podría llegar a equivocarse?

¿Crees que podría pasarle alguna vez?

Pienso y sostengo que en mi caso si que lo hizo. Yo debí morir en el lugar de mi hermana.

Y es que, odio con mi vida que la familia esté tan rota. Extraño como éramos antes. Echo de menos a todos; me oprime el pecho pensar que ya nada volverá a ser igual. Y duele aún más pensar que todo habría sido diferente si...si Dios no se hubiera equivocado.

Dear DiaryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora