Gohan se despertó, cansado aún, pero de igual manera se levantó para desayunar con su madre.
-Buenos días-saludo a su madre, se sentó en una silla luego de estirar su cuerpo un poco.
-Buenos días, Gohan.
Milk dejo un plato frente a él, también se sentó y le miro con una sonrisa. El pequeño pelipalmera no entendía a qué se debía la mirada de su madre.
-Y, ¿quién era el chico que te acompaño a casa anoche?
-Oh-su madre no lo reconoció, con suerte-. Es un amigo, lo conocí en la escuela-se excuso, claro que no le gustaba la idea de mentirle a su madre, pero ahí estaba, mintiendo para ocultar la identidad se Diecisiete.
-Parece buen chico.
Gohan permaneció en silencio, mordisqueando una tostada. Era raro escuchar a su madre decir cosas así, pero no podía quejarse. Sonrió.
-Bien, iré a visitar a Bulma, ¿quieres venir?
-Gracias, pero no mamá, iré a entrenar con el señor Piccolo.
-Gohan, sabes que no me gusta que entrenes, no quiero que seas como tu padre-miro decaída un cuadro colgado, recordando a su esposo.
-Tranquila mamá, si no esta papá para protegerte, al menos estaré yo.
Milk sonrió, tampoco le gustaba la idea, pero, su hijo tenía un objetivo.
-Bien, no llegues tarde.
-Claro.
La mujer salió, Gohan rápidamente busco el traje que Piccolo le había obsequiado, se cambió y salió disparado al cielo, tomando rumbo hacia el ki de su maestro.
Piccolo estaba en una gran montaña meditando, rodeado de calma absoluta, pero teniendo problemas para mantener su entrenamiento mental. Frustrado abrió los ojos, mirando las montañas cercanas, ¿Por qué debía pensar en esto ahora?, adoraba a Gohan como un hijo, pero sabía que su adoración iba más allá.
Sintió el Ki de su pupilo acercándose, miró al pelipalmera que llegaba energético a su lado.
-Señor Piccolo, ¿Cómo está?
-Ponte a entrenar.
Miro confundido a su maestro, era extraño que se mostrara amargado, pero a veces era normal, por lo que solo decidió colocarse a su lado y meditar, teniendo un enfrentamiento mental que también fue interrumpido. Unos extraños nervios lo recorrieron.
Miro curioso a su maestro, ¿estaría enojado con él?, deseaba que no.
-Gohan, concéntrate.
Un ojo lo miraba, Gohan pasó saliva y asintió, volviendo a lo mismo, sin poder quitarse de la cabeza el humor de su maestro.
Las horas pasaron, luego de meditar por aproximadamente tres horas, tuvieron un batalla cuerpo a cuerpo. Gohan activo la fase dos, pero con sus pensamientos revueltos, fue fácil para Piccolo derrotarlo.
-No se vale, no estaba listo.
Hizo un leve puchero, mirando de brazos cruzados a su maestro. Piccolo sonrió ante el fugaz pensamiento de lo adorable que llegaba a ser su pupilo.
-Debes concentrarte, Gohan.
Una mano verde le fue ofrecida, la acepto. Piccolo lo soltó apenas se levantó, confundiendolo más.
-Bien, terminamos por hoy.
-Esta bien. Nos vemos otro día, señor Piccolo.
Tomo rumbo de regreso a su casa, Piccolo saludo con una mano, cuando el niño estaba lo suficiente lejos suspiro, ¿por qué sus sentimientos aparecían ahora?
Gohan llegaba a su hogar, pensando en su maestro, en si lo había echo enojar por sus entrenamientos anteriores, pero los pensamientos se esfumaron cuando vio al androide fuera de su casa, sentado en el césped y mirando una mariposa.
-Diecisiete-exclamó emocionado, el androide lo miró, le regaló una sonrisa.
-Hola, Gohan.
-¿Qué haces aquí?-miro dentro de su casa por una de las ventanas, buscando señales de su madre.
-Sinceramente, no tenía donde ir. Y la gente me cansa, tienen demasiados problemas.
-¿Estuviste en la ciudad?
-Unas horas, pero sentí que fueron días, muchas personas iban de un lado a otro, chocando, maldiciendo, así que me fui al bosque.
-Entiendo.
Quedaron en silencio, se miraron, conectados sus miradas.
-¿Te gustaría pasear?
-Bueno.
Caminaron por casi una hora, hablando de temas variados, sin quedarse mucho tiempo hablando de alguno.
-Y, me gustaría saber quién era antes de convertirme en lo que soy.
-¿No recuerdas nada?
-Realmente no, no es necesario recordarlo todo, solo quiero saber cómo era.
-Bueno, no te conocí antes, pero estoy seguro de que eras un buen chico.
Gohan le sonrió ampliamente, Diecisiete le sonrió de costado.
Ojalá tenga razón.
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-𝐏𝐨𝐫 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐀𝐬í-𝐏𝐢𝐜𝐜𝐨𝐥𝐨, 𝐀𝐧𝐝𝐫𝐨𝐢𝐝𝐞 𝟏𝟕 𝐱 𝐆𝐨𝐡𝐚𝐧
FanficGohan aún siendo un niño comienza a sentir algo por el androide 17, a consecuencia de esto el menor tenía un comportamiento diferente lo que hizo preocupar a cierto ser de piel verdosa, quien guarda un extraño secreto que nadie se esperaría descubri...