-𝐏𝐨𝐫 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐀𝐬í-𝐏𝐢𝐜𝐜𝐨𝐥𝐨, 𝐀𝐧𝐝𝐫𝐨𝐢𝐝𝐞 𝟏𝟕 𝐱 𝐆𝐨𝐡𝐚𝐧

-Segundo beso-

Nya

Gohan se encontraba en su cama, envuelto entre mantas y mirando la nada, con un pensamiento ocupando su mente.

Buscar a 17.

Claro que solo pensarlo lo ponía nervioso, teniendo en cuenta los sucesos que hace tiempo habían pasado. Obviamente aquel beso era el responsable de que no haya buscado al Androide anteriormente.

Hubiera permanecido en esa posición y recordando lo que actualmente tenia su cabeza echa un lio, pero leves golpes en su ventana lo obligaron a abandonar su lugar que ahora llamaría cueva y acercarse a mirar que pasaba. Estaba sorprendido y nervioso, no esperaba que el Androide lo buscara.

-Diecisiete.

-Hola, Gohan-Le sonrió cuando abrió la ventana-. Escucha, solo quería disculparme.

El joven lo invito a pasar con un gesto de mano.

-Enserio, lamento haber echo que te fueras de esa manera-pero su hablar termino ahí, ya que los brazos del niño lo rodearon.

-Te extrañe-confesó.

Diecisiete estaba plenamente sorprendido, relajo su expresión y correspondió el gesto de cariño. Ambos disfrutaron ese momento, disfrutaron de la cercanía del otro.

-Me abrazas como si no me hubieras visto en años.

-Eso pareció-y lo apretó más.

Caminaban por el bosque, la luz de la luna se filtraba por espacios entre las hojas de los árboles, dando una leve sensación de relajación y vacío, un sentimiento extraño.

Diecisiete miro al más joven, Gohan permanecía con la mirada en el suelo, a veces mirando al frente, atrás o a los costados, pero siempre evitando la mirada del Androide. El viento sacudió las hojas y el sonido de un búho se escucho entre el silencio de la noche. Gohan elevo la mirada, habían llegado a un campo y las estrellas se contemplaban a la perfección, eso veía el saiyajin, pero Diecisiete veía la galaxia en los ojos oscuros del niño.

-Gohan-su nombre salió suave de sus labios-. Lamento lo que paso ese día, me deje llevar por una necesidad humana. Lamento haberte incomodado.

El joven se elevo en el aire hasta estar a su altura, sintió y vio como aquellas manos tomaron su rostro. Gohan se acercó e hizo presión contra sus labios.

-Realmente, me gusto.

Una boba sonrisa adorno el rostro del más joven, Diecisiete no pudo evitar sentir una inmensa alegría en su interior.

-Es bueno que te haya gustado-respondió, colocando sus manos sobre las más pequeñas.

Se acostaron en la hierva y miraron el cielo, dando ideas de lo que próximamente podrían hacer. Diecisiete escuchaba cada palabra que Gohan decía con alegría, y él solo sonreía ante aquel entusiasmo.

Sus ojos se abrieron de golpe, ¿Todo había sido un sueño?. Busco rápidamente algo en su habitación que afirmara lo contrario, y lo encontró a su lado, su cuaderno de clases con algo escrito en una hoja.

Te dormiste mientras hablabas sobre las transformaciones de los saiyajin, así que te traje a casa. Nos veremos de nuevo.

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Sonrió, una sonrisa sincera.

Se levantó y salió de su habitación, unas leves risas y voces lo hicieron evitar su camino al baño e ir directo a la cocina, donde encontró a su madre y a Diecisiete hablando animadamente compartiendo un desayuno.

-Mamá.

Milk volteó a mirar a su hijo y mantenía su sonrisa, Diecisiete le sonrió de medio lado.

-Buenos días, Gohan. Estaba hablando con Diecisiete, me contaba como fue que te dormiste anoche.

No entendía nada, Diecisiete aún estaba en su casa, y su madre no lo echó a patadas, algo estaba haciendo bien.

-Es buen chico-ya entendió. Se acercó y se sentó junto a ellos, su madre le dejó una taza con té frente a él.

-Hola-saludo nervioso al androide, Diecisiete le tomo ligeramente la mano antes de que Milk les mirara.

Gohan noto ese día como la falta de su padre había echo muy silenciosa la casa, pero esa mañana fue diferente, ambos sonrieron y rieron gracias al androide.

(Desde ya, informo que no se que tan seguido actualizare, faltan solo cuatro capítulos más, debo escribirlos, no desesperen porque esta vez si los voy a terminar y entregar. Los amo♡)