-Primer beso-Reescrito

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El namek se sorprendió al sentir los labios del menor depositar un suave beso en su frente, antes de mirarlo con los ojos cerrados y una ancha sonrisa.

.No puedo permitirme sentir esas cosas por él. Me siento como un ser repugnante.

Se dijo Piccolo para sus adentros, soltando una leve risilla ante aquello, lo que confundió un poco al pequeño Gohan, quien solo lo miraba.

-Lo siento, Gohan. No era mi intención hacer que te sintieras mal, no es tu culpa lo que me esta pasando-Sonrió, una sonrisa cálida pero que también expresaba dolor, un dolor que el menor no comprendía.

-Por un momento creí que me odiaba-Confeso avergonzado, el mayor se sintió realmente mal al ser el causante de aquel pensamiento.

-Yo siempre te voy a querer, Gohan-Afirmó, levemente avergonzado al ser tan expresivo.

Realmente quería decirle algo diferente, decirle que ya no lo veía más como un hijo, como su discípulo, lo veía de manera totalmente distinta y repugnante.


Pasaron un par de días desde el reencuentro entre maestro y pupilo, desde entonces Piccolo dejo de evitarlo y Gohan volvió a ser el niño energético y alegre de siempre.

Retomaron sus entrenamientos, quedándose hasta tarde en las montañas, lo que ocasionó que Piccolo tuviera problemas con Milk por el horario al que volvía su pequeño.

Este día no fue diferente, solo llegó a las ocho de la noche, el sol aún se veía en el horizonte, ocasionando un bello cielo anaranjado. Gohan se derrumbó en su cama luego de bañarse, suspirando cansado, rindiéndose ante la idea de dormir, aceptando su destino.

Hubiera cerrado los ojos y abrazar el sueño, si no hubiera sido por unos golpecitos en su ventana.

Levanto la mirada casi obligadamente, aunque su cansancio desapareció cuando vio al androide fuera de su habitación, sonriendo.

Gohan saltó de su cama y abrió la ventana, Diecisiete notó su cambio de humor, ahora lo veía alegre y brillante de nuevo.

-Diecisiete.

-Hola, Gohan.

-¿A que se debe que estés aquí?

-Te pasaba a buscar, ¿quieres salir un rato?

Gohan miró dentro de su habitación, casi buscando algo. Volvió a mirar al androide, sonriendo.

-Claro.

Ambos volaron lejos de la casa del pelipalmera minutos después. Contaron sus últimos días, Gohan hablo sobre sus entrenamientos, Diecisiete comento lo complicados que eran los humanos, estaba feliz de haber dejado de ser uno casi por completo.

-Y, el señor Piccolo y yo volvimos a entrenar.

-¿Entonces por eso estabas triste?

-Si. El señor Piccolo es malhumorado, pero siempre me trata bien, pensé que había echo algo mal, pero todo fue una confusión.

Diecisiete asintió, intentando recordar al tipo del que Gohan le habla.

-El Namekusei-le miró extrañado-. El señor Piccolo es el ser verde.

Diecisiete recordó, aquel bicho raro.

-Gracias, lo había olvidado.

Gohan solo le sonrió.

Continuaron su caminata en silencio, Diecisiete no podía descifrar el extraño sentimiento de rencor que sentía por pensar en el niño y el ser verdoso ese. También tenía otro sentimiento que no podía quitarse, ese cosquilleo que sentía en presencia del niño pelipalmera.

Lo miró, Gohan solo caminaba a su lado sumergido en sus propios pensamientos, ajeno a la mirada del androide sobre él.

Diecisiete vio a una pareja cercana, adolescentes, besándose por las hormonas de la adolescencia. Miro de nuevo al niño, teniendo el fugaz pensamiento de lo que realmente quería hacer, pero se negaba.

-Diecisiete, ¿a donde vamos?

El androide se confundió, moviendo ligeramente su cabeza hacia un costado. Claro, caminaban sin rumbo alguno.

-No lo sé. ¿Algún lugar al que quisieras ir?

-Realmente no.

Gohan miró hacia adelante, sus ojos se fijaron en una pareja besándose. Diecisiete miró igual, para él esa fue señal.

Tomó el brazo del niño y lo llevó hacia un callejón, empujándolo contra una de las paredes. Gohan no hizo nada, un extraño escalofrío lo recorrió.

Jadeo cuando sus labios fueron presionados, sin esperarlo Diecisiete lo estaba besando. Un beso suave y fugaz.

El androide se apartó y lo miró, sintiendo miedo cuando los ojos grandes del niño lo miraban. Lo alejó y voló lejos, sin prestar atención al androide cuando grito su nombre.

Diecisiete no lo siguió, no se sintió capaz de hacerlo en ese momento, temía haber agobiado al saiyajin.



Gohan se detuvo sobre una montaña, con la respiración entre cortada y las manos sudando.

¿Diecisiete realmente lo había besado?

¡DIECISIETE LO HABÍA BESADO!

Cubrió su rostro enrojecido con ambas manos, dejándose caer en la hierba de la montaña.

Diecisiete lo había besado.

Había sido un beso.

Su primer beso.

¡SU PRIMER BESO, CON UN ANDROIDE!

¿Cómo paso algo tan loco?

-𝐏𝐨𝐫 𝐀𝐦𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐀𝐬í-𝐏𝐢𝐜𝐜𝐨𝐥𝐨, 𝐀𝐧𝐝𝐫𝐨𝐢𝐝𝐞 𝟏𝟕 𝐱 𝐆𝐨𝐡𝐚𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora