ENTRE TINTA [#1]

1.Maldita Pesadilla

Elizabeth White

"Tus palabras salvan al mundo, Elizabeth hazlo por mí y por ti, se libre que nada te detenga"

Eso era lo que papá decía, siempre me dijo que cumpliera mis sueños que jamás me rindiera, pero... el ya no está, ¿Cómo piensa que lo logre si él no está aquí?

Una de las tantas cosas que él me enseño era a no mostrar mis sentimientos a las personas incorrectas, que con cualquier descuido podrían derribarme.

Después de que mamá se fue lo decía siempre y no de una mala manera si no de una que te hacia comprender que tenía razón, que pasara lo que pasara tenías que ser fuerte, pero, ¿Cómo sería fuerte si el ya no está?

Como yo no podría derrumbarme al verlo ahí en esa caja que está a punto de ser sepultada con él, conmigo, con mis ilusiones y sueños, con todo lo que me queda, con todo...

–Eli, tenemos que irnos. – dijo mi tía Lydia posando su mano en mi hombro.

Ya habían terminado de enterrar a papá solo quedábamos mi tía Lydia y yo.

Estaba en el pasto observando la maldita placa de papá.

En memoria de Roberth White 1980-2020 "Dicen que cada átomo en nuestro cuerpo fue alguna vez parte de una estrella, tal vez no me voy, tal vez me voy a casa"-Vicent van Gogh.

Era lo que decía la placa, la frase era una de sus favoritas, cuando murió el abuelo fue lo que él me dijo.

Tal vez estés en casa, pero yo te necesitó.

Levanté mi cabeza hacia el cielo los tonos naranjas y rojizos se apoderaban de este, cerré mis ojos con fuerza deseando abrirlos y que solo allá sido un sueño o mejor dicho una maldita pesadilla, pero no lo era ni lo seria, era la realidad y había que afrontarla.

Cuando abrí mis ojos miré a mi tía Lydia, podía ver que en esos ojos azules se escondía tristeza, mi tía siempre fue una persona muy optimista siempre alegraba a todos con tan solo sonreír, pero ese día estaba destroza su compañero de aventuras, risas, pero ante todo su hermano estaba muerto.

Me levante del pasto y la abrace, sabía que ella no estaba bien, en medio del abraso supe que ella se derrumbo estaba destrozada podía escuchar sus sollozos que, aunque ella intentaba disimularlos cuando sorbía su nariz sabia que estaba llorando, en silencio, pero lo hacía.

Me despegue de ella y mire por última vez a papá.

–Te quiero papá. –Le dije con mi último aliento.

Me estaba despidiendo de mi persona favorita, de alguien quien marco mi vida, de la persona que a pesar de sufrir me saco adelante, de mi padre.

Camine hacia la camioneta con mis ojos que estaban apunto de estallar en lágrimas, cuando subimos mi tía encendió la camioneta y yo prendí la radio, sonaba la canción de "Gone, Gone, Gone" de Phillip Phillips, baje mi ventanilla y me recosté en el marco recordando los momentos que pase con papá lo que me enseño y cuando jugamos a las barbis, sonreí ante ese recuerdo siempre me quitaba a barbie y yo tenía que ser Ken.

Realmente te voy a extrañar.

De mis ojos empezaron a brotar las pequeñas lagrimas rebeldes, la nostalgia, la tristeza y el cansancio era lo que sentía en ese momento quería llegar a casa ducharme y recostarme en mi cama y dormir como nunca lo habría hecho.

El camino a casa fue tranquilo, se escuchaba la radio, las ventanas del coche estaban abiertas Cuando llegamos pude notar lo triste que se veía la casa, a pesar de que tuviera muchas plantas en el jardín y que su color amarillo mostaza con tonos naranja relucieran del resto de las casas del pueblo, lucia solo como si supiera que no es el momento de avivar a las personas con sus colores.