Epilogo

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32 Años Después.

-Estamos aquí para honrar la memoria de uno de los mejores doctores que ha tenido Atlanta-. La voz de una mujer resonó por los altavoces del auditorio. -La memoria de un doctor que dejó una huella enorme.

El auditorio estaba lleno, internos, residentes, titulares y el jefe de cirugía, todo el lugar adornado de flores, gerberas, rosas, crisantemos, jazmines, tulipanes, orquídeas.

-Ha pasado un año desde su partida, hoy estamos aquí su hija Nayeon-. La mujer mencionada subió al estrado, su cabello lacio y negro le hacía lucir hermosa y resaltaba sus ojos azules.- Su esposo y jefe de cirugía, el doctor Jeon Jungkook.

Fue ahí cuándo su corazón se estrujó, asintiendo se levantó y fue hasta el estrado, los recuerdos azotando a su corazón y su alma sintiéndose vacía.

-Y yo, su hija Mina, un año desde que el cáncer le quitó la vida, un año en dónde hemos aprendido de su legado, al cuál le haré justicia-. Mina se giró y miró a Jungkook, ese rostro lleno de arrugas.- Un año y su partida sigue latente, tú más que nadie aquí presente lo extraña, el amor de tu vida se fue y ahora te espera para que puedan reunirse pero antes de que eso suceda lo recordaremos cómo era, el gran doctor Park Jimin.

Los aplausos resonaron en el auditorio, un homenaje para Jimin, todo su legado, las enseñanzas que dejó en su camino, Jungkook no soportó más y se fue a su oficina.

Hace 6 meses lo habían escogido cómo el nuevo jefe de cirugía, ahora estaba ahí, sentado en esa silla de cuero, mirando a la nada pensando en todo lo que ha sucedido después de que Jimin murió.

Sus hijas formaron una vida, Mina estudió medicina y se volvió una doctora especializada en la pediatría y Nayeon era una agente especial del FBI, tan solo haciendo un espacio en su agenda para asistir al homenaje.

La puerta se abrió y dejó a la vista a sus dos motivos de seguir en pie.

-¿Cómo te sientes?-. Nayeon preguntó, el aspecto de Jungkook había caído considerablemente, había dejado de comer correctamente, las ojeras eran prominentes.

-Todo bien-. Apenas logró decir, el nudo en su garganta le impedía hablar.

-Papi, realmente lamento todo por lo que estás pasando, mi intención era hacer un homenaje bien merecido a papi Jimin pero solo he logrado hacerte sufrir más.

-No mi niña, mi alma no puede estar bien sí tu padre no está a mi lado-. Las lágrimas hacían un camino hasta su cuello, realmente le dolía estar ahí, viendo a sus hijas lamentarse tan solo haciéndolo sentir más miserable.

-Quisiera estar más tiempo con ustedes pero debo regresar a Quantico.

-Está bien cariño, cuídate y nos veremos en Navidad-. Nayeon se acercó y lo abrazó, tratado de transmitirle toda la seguridad y el afecto, besó su mejilla y salió de la oficina.

-Yo iré a supervisar el hospital, cuándo te sientas seguro puedes salir-. Mina le dió un beso en la frente y de igual manera salió.

¿Y ahora qué?, Estamos a cargo de un hospital y no tenemos la mínima idea de cómo seguir adelante.

¿Pero qué estoy viendo?, Jeon Jungkook débil y destrozado.

Aquella voz tan conocida resonó en sus oídos, sobresaltandose y buscando al dueño de esa dulce y melosa voz, lo vió, en el umbral de la puerta, con los brazos cruzados, una ceja alzada y esa sonrisa altanera en su rostro, Jungkook respiraba con pesadez, esto no podía ser real.

Hospital Del Amor (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora