Impossibile Missionis
Después de dejar en claro que no quiero que nadie se involucre en este asunto, nadie dijo más nada, debemos comer ahora, aunque no he llamado a Patri y Yami. Luego lo hago, ahora debo concentrarme en este gran problema que requiere toda mi atención.
"No comerme el pastel de chocolate que están preparando".
Esto es misión imposible. Mi postre favorito esta frente a mí y no poder comerlo debe considerarse un delito.
- Parece como si tuvieras a un modelo Calvin Klein frente a ti.- Dice Adam sorprendiéndome y yo doy un pequeño saltito del susto.
- Es como ver a mi personaje literario favorito convertido en un pastel.- Digo devolviéndole mi atención al pastel.
- Bueno, pues deja de babear que me das miedo.
- ¿Quién puede resistirse a un pastel de chocolate?- Pregunto sarcástica.
- Yo.
- ¿Qué?- Digo sorprendida por su respuesta.
- No me gusta el chocolate...
- ¿Por qué?- Digo viéndolo con los ojos bien abiertos.
Solo se dedico a elevar los hombros cortando ahí la conversación.
- Hey.- Dice Antonella acercándose a nosotros con una sonrisa plasmada en su rostro.- Vamos, quiero que pruebes las delicias que prepara Karen.
- ¿Quién es Karen?- Preguntó.
- Es nuestra Nana, bueno la de Adam.- Dice viéndolo.- Lo quiere más a él que a mí.
- Sabes que eso no es verdad Antonella.- Dice Adam rodando los ojos.
- Claro que sí, siempre te consintió más a ti.
- Porque mamá y papá te consentían a ti.- Dice Adam exasperado por las palabras de Antonella.
- Por qué no mejor vamos a comer.- Digo cortando el tema.- Todo se ve delicioso, ¿Vamos?
- ¡Vamos!- Dice Antonella jalándome del brazo como si fuera una muñeca de trapo.
- No tan fuerte Antonella que le vas a arrancar el brazo a Anabella.- Gracias a Dios Adam se dio cuenta.
- Que importa si pierde uno tiene dos más de repuesto.- Responde ella.
- Contigo no se puede Antonella.- Dice Adam sobándose la sien.
Llegamos al comedor y todo está perfectamente ordenado en la mesa. Copas con agua, copas con vino, platos con una servilleta encima, tenedores de dos tamaños diferentes -aunque olvide sus usos-, de igual forma las cucharas y un cuchillo. Todo en un perfecto orden y sin un solo error, sobre un mantel color blanco con individuales color café. Si esto no es formalidad, no tengo idea entonces de lo que significa esa palabra.
- No tienes ni idea de lo que es la formalidad entonces.- Dice Antonella sacándome de mi asombro.- La mesa está mal.
- Ya déjalo así Antonella.- Dice Adam rodando los ojos de nuevo.
- ¿Por qué? ¿Qué hay de malo en la mesa?- Digo viéndola.
- Existen diferentes formas de colocar la mesa, Antonella.- Dice Adam.- Además es informal y tal vez sea porque estábamos en la conversación no dio tiempo a colocarla en una más formal.
- Sea como sea, mi hermana acaba de volver y debieron esforzarse más.- Dice Antonella mirando la mesa con desaprobación.
- Yo creo que está bien.- Digo y me arrepiento de inmediato, pues Antonella me ve con mala cara y Adam me ve elevando un poco - solo un poco- la comisura de sus labios.
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Coram Me
Teen FictionAnabella es una chica común y corriente, no tiene lujos ni hermanos, solo dos mejores amigas que le siguen todas sus locuras. No se parece a sus padres es mucha la diferencia, siempre que les preguntaba por qué no se parecen ellos siempre contestaba...