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Sus mejillas dolían de tanto reír, sus ojos se mostraban risueños y acuosos por las pequeñas lágrimas que salían de vez en cuándo de la risa.

Se sentía tan bien, tan seguro y tan cómodo que se había olvidado de todo. De Langa, de aquél pinchazo en su pecho, de que le mintió para reunirse con su amigo; aquél amigo el cuál le prohibió ver y hablar. Se sentía tan bien que olvidó todo lo malo, las lágrimas, el dolor, la confusión...todo.

Hacía mas de 2 horas que estaba habalando en persona con Sym, no pensó que la pasaría tan bien, el pensó que se sentiría incómodo y estaría paranoico porqué el peliceleste se diera cuenta de su mentira pero al instante que cruzaron palabra sintió una calidez inexplicable. Aquélla calidez que no sentía desde hace tanto tanto...tanto tiempo, desde que aquél amigo que le inculcó el skateboard se alejó de el.
Se sentía increíblemente bien volver a hacer un amigo, hablar de estupideces sin mas, contarse anécdotas estúpidas; tristes o de miedo.

Tomo asiento al lado de su rubio amigo, el chico era de ojos negros tan oscuros no como la noche sino como la inmensidad del mar; eran hermosos, su cabello era rubio brillante con varias mechas teñidas de un rosa chillón que le quedaban increíblemente bien, poseía tes ligeramente morena y una nariz pequeña y respingona que le daba un toqué tierno y gracioso.

El chico era bastante simpático y gracioso, tenían una personalidad similar por lo cuál congeniaban bastante bien. Estaban sentados en lo alto de una de las puntas de la rampa de skate que había en el parqué, inconcientemente hizo una mueca a la vez que su mirada se se tornaba melancólica y triste, algo que Sym notó por lo cuál dejo de reírse de su propia mala broma y lo observo con preocupación. Posó su mano derecha en el hombro del mas bajo logrando llamar su atención y haciendo que su preocupación aumentase al ver sus ojos ligeramente aguados, rápidamente sacó de su bolsillo un pañuelo de tela de colores pasteles y se lo extendió a Reki quien lo tomo algo confuso y apenado al darse cuenta de las lágrimas que salían de forma constante.

- ¿qué sucede?, ¿f-fue algo que dije?, ¡en todo caso lo siento!, no quería hacerte llorar, hacerte sentir incómodo o algo por el estilo.

Reki lo miró y no pudo evitar sentirse peor al hacerle creer que sus lágrimas eran por su culpa, claro que no lo eran, ¿acaso no sabía la persona maravillosamente considerada y paciente que era?, era un maldito angel Sym Tanaka. Nuevas lágrimas fluian de sus orbes como si fueran cascadas haciendo entrar en pánico al otro al escuchar los sollozos lastimeros que salían de sus labios con timidez.
No sabía que hacer y hizo lo primero que le vino a la cabeza...sus brazos rodearon el cuerpo del menor dándole ligeras caricias a su espalda intentando reconfortarlo de lo que sea que le hacía sentir miserable, sentía su chaqueta y su remera humedas a la vez que sentía tirones por como el chico se aferraba fuertemente con sus manos a su chaqueta, su rostro estaba ocultó en su pecho.

- tranquilo, Reki, todo estará bien. Te lo prometo.

dort ❪ renga ❫ ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora