¿La vida tiene colores? | hyunlix

Gris = Tristeza

(Les explico pa que no se me revuelvan, los títulos tiene el color escrito en francés y al lado la emoción que significa [  -Jiune])

El primer color que recuerda haber vivido el pequeño Félix es el gris.

Él era tan solo un niño de 7 años cuando su padre decidió que era lo suficiente mayor como para sufrir sus abusos, una tarde donde volvió antes del trabajo subió a su habitación, el pequeño jugaba inocentemente en el suelo de esta. El cielo era gris, las nubes avisaban de la llovizna que podía empezar en cualquier momento. Pero la tormenta comenzó en la habitación tiernamente decorada por el menor.

Su padre ingresó a la habitación del chiquillo cerrando la puerta tras de sí llamando la atención del infante.

—Papi!! Mila señol dinosaulio está ganando —Dijo Félix enseñándole su juguete

Félix era un pequeño descuidado, el cual tenía dificultades en su aprendizaje y comprensión del mundo, puesto que quienes se supo debían haberlo protegido, en ningún momento lo hicieron.

—¿Qué te parece jugar otro juego con tu padre Félix? —Dijo el mayor sonriendo con dobles intenciones

—Siii ¡Quiero jugal con papi! —Dijo el menor emocionado viendo como su padre se sentaba en la orilla de su cama desabrochando su pantalón.

—Entonces ven pequeño —Le animó el mayor.

Durante toda la noche el menor sufrió un abuso de parte de quien se suponía debía cuidarlo del mundo. El mayor profano el puro cuerpo del más chico impidiéndole escapar a pesar de todos los sollozos del menor.

—¡Ya no quielo jugar papi! Felix se portala bien lo plometo pelo pol favol papi déjame —Dijo Félix rogando, pero su padre no se detenía ante las suplicas que su hijo realizaba.

Esa noche y muchísimas más, el pequeño Félix sufría a causa de su padre y siendo sus pesadillas su única compañía, ya que su madre nunca estaba para ayudarlo.

Hasta que una tarde eso cambió, su madre fue testigo de lo que el menor sufría, este al verla le pidió auxilio de forma desesperada.

—¡Mami! Ayúdame —Decía el pequeño entre cada embestida que recibía, pero su madre solo se quedó de pie, observando, para luego darse media vuelta y largarse de ahí, su padre sonrió de forma burlona, pero no se detuvo hasta correrse y dejar a Félix tirado sobre el colchón.

Este se levantó de su cama acomodando su ropita para bajar y tratar de refugiarse en su mami, en su inocnete mente trataba de justificarla, seguro la mujer debió tener alguna razón para no haberlo ayudado, pero al bajar pudo ver a la mayor con maletas en la puerta de su casa, Félix corrió con ojos llorosos y la tomó del borde de su abrigo gris.

—Mami no te vayas —Le dijo el pequeño, la mayor le dirigió una mirada asqueada y lo forzó a despegarse de ella, alejándolo de forma brusca, ese niño ahora ya no será su responsabilidad