6-CHARLITA CON HEFESTO

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En cuanto llegué me senté en un banco mecanizado que tenía por ahí. Estaba muy bien, tu pensabas algo y te lo daba. Así conseguí un escudo de bronce muy chulo. Bueno, técnicamente era un reloj que si tocabas un botón de repente se convertía en escudo y, además más de una vez, me aproveché y pensé en algo rico para picar. Luego vino Hefesto y dijo:

-Eh, eh. Oye, no lo uses tanto que si no se le acabará la batería. Bueno Raúl, ¿a qué has venido?

-¿Cómo sabes mi nombre? ¿Quién te lo ha dicho? ¿Me has estado espiando?

-No, idiota, soy un dios, ¿no crees que si soy un dios lo sé todo?

-Ummm... Esto... Bueno, a lo que iba, he venido a ver si podías fabricarme una buena armadura, perdí el manto de Hades en el Everest.

-¿¡Que has hecho queeeeeeé!? ¿No sabes que si Zeus consigue el manto puede reunir los objetos celestiales necesarios para destruir la Tierra?

-Pues...

-Ya, lo que suponía. Mira, tendrás que cogerlo cuanto antes o sino estaremos perdidos, usa algunas de mis arañas mecánicas. No me puedo creer que el futuro de la Tierra esté en manos de un niñato como t. En fin, ve lo antes posible, consíguelo y vuelve. Tengo más misiones para ti.

-Entendido.- Después de esto volví a tierra con la lancha.

Sombras del olympo (I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora