Una noche intensa.

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   Cuando ya todo parecía haberse tornado lo suficientemente incómodo viene ella y me hace tal inesperada pregunta. ¿Por qué querrá quedarse en mi casa? ¿habrá tenido algún problema con su familia, o simplemente quiere pasar más tiempo conmigo? Lo único que sé es que debo descubrirlo por mi cuenta y acepto.

-Sí, te puedes quedar -digo mientras ella me mira de forma impaciente.

-¡Oh, bien! Déjame cerrar las puertas de mi casa -responde.

-¿Te ayudo? -digo mientras veo que está batallando con las llaves.

-No, ya la cerré. Estoy lista.

-Vámonos.

   Mientras caminábamos hacia mi casa nada más pensaba en el porqué ella quiso quedarse, ¿qué intención tendrá bajo la manga? Tal vez solo sea para pasar el rato, o puede ser que quiere alejarse de sus problemas estando conmigo, o también puede ser que tenga intenciones "apasionadas", por así decirlo; sea como sea ya estoy muy cerca de saberlo.

-Bueno, llegamos.

-¿Estás solo? -pregunta al notar que en la casa no había nadie.

-Sí, mi familia salió y no vendrán hasta mañana.

-Bien, y... ¿dónde estaremos? -dijo mientras miraba todo el lugar.

-En mi cuarto, no sé.

-Vamos a ver alguna película.

-Ok.

   Nos dirigimos hacia mi cuarto, nos acostamos en mi cama con cierta distancia y comenzamos a buscar una película. Cuando al fin encontramos una -estuvimos un buen rato buscándola- comenzamos a verla y mientras lo hacíamos íbamos hablando y riéndonos de nuestros chistes. Todo iba muy bien y estábamos pasando un buen rato, pero notaba que poco a poco cada vez estábamos más cerca y la conversación comenzaba a tornarse más intensa y profunda.

   Llegó un momento en el que ella actuaba de una forma muy sensual y provocativa, y créanme que era irresistible. Pareciese que ya las palabras estorbaran, así que nos comunicábamos solamente con miradas. Ella se acercó hacia mí lentamente y, a través de fuertes palpitaciones, comenzó a besarme brúscamente delicado, sí, pareciese que no tuviese sentido, pero así exactamente fue.

   En medio de ese apasionado momento era casi irresistible no tocarla, pero ella no se dejaba, y contrario a eso, ella sí a mí. Por más que odie admitirlo ella controlaba la situación y eso me pareció muy sexy, ese carácter brusco y malo me atraía más hacia ella.

   A continuación ella me quitó la camisa, comenzó a besarme y darme mordiscos en el cuello ligeramente, pero ella aún se negaba a dejarse tocar. En ese momento también empezó a rasguñarme la espalda y mordía mis hombros, llegó un punto que los dos estábamos tan excitados que los gemidos se hacían cada vez más intensos y los rasguños y mordiscos provocaban más dolor, pero era un dolor que se podía disfrutar. Así estuvimos por un largo tiempo hasta que ella se detuvo. Me molestó el hecho de que me dejó tirado en la cama así como si nada, pero bah, fue uno de los mejores momentos de mi vida, jamás había sido "dominado" por una mujer y admito que fue lo más sexy que he experimentado en mi vida.

   Luego de eso ya estábamos algo cansados, ella se quedó dormida y yo me puse a pensar sobre todo lo que ha pasado desde que nos conocimos. Nunca me había puesto así por una mujer, y es que ella en verdad sí que era diferente a las demás, pero en un sentido más malvado. No era la típica chica tierna que solo busca su "amor verdadero" y ser feliz por siempre, ella tenía una visión sobre la vida más profunda y oscura. Pero todavía me estaba atormentando la pregunta del millón de dolares... ¿le gusto?

   Como sea, después de tanto pensar me dormí junto a ella, pero al despertarme -aún con los ojos medio cerrados- toco el lugar donde ella dormía y noté que ya no estaba.

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⏰ Última actualización: Mar 02, 2015 ⏰

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Un Amor Tóxico y ArriesgadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora