Capitulo 4

230 15 0
                                    

¿Pero que es ese ruido?

Abro los ojos lentamente y descubro que todavia es de noche.

Y otra vez ese ruido...¿Pero que...?

No me lo puedo creer, me estan tirando piedras a la ventana. Miro hacia el reloj de la mesilla de noche, son las tres de la madrugada.

Voy a ignorar a quien me este tirando piedras, no estoy de humor para juegos.

¡Pero no se cansa de tirar piedras!. Al fina decido levantarme a regañadiente, me pongo mi bata rosa y voy a abrir la ventana. Miro hacia afuera y no veo a nadie.

-¿Hola?.- Digo con mi paciencia al limite. Me esfuerzo por mirar mejor, pero solo veo las sombras de la noche. -¿Hay alguien ai? No estoy de humor para juegos- Digo ahora con voz mas alta.

-Shhh ¿esta loca? No grites o despertaras al alfa Brett- No me puedo creer quien es, es el estupido de Marcos apoyando en un arbol con la sonrisa de lado que lo caracteriza, cualquier loba habria estado babeando, pero a mi, sinceramente, me mosqueaba. Aunque no puedo quitar una estúpida sonrisa de mi boca. ¿Pero que hago?, de inmediato me pongo seria.

-¿Que haces aquí, Marcos? Como mi padre se despierte te castigará.- le contesto.

-Necesito hablar contigo Mara, porfavor- Me dice.

-Marcos, es tarde, mañana hablamos mejor, estoy cansada.- le digo en medio de un bostezo.

-Mara, solo será un momento, te lo prometo, solo necesito saber una cosa- Me dice con cara de urgencia.

- Esta bien, pero solo un momento, espero que mi padre no se despierte, o si no nos castigará a ambos.-

Me pongo una bata de levantar con mis zapatillas de dormir de perrito, y salgo de mi habitación en silencio, intentando que el suelo de madera no cruja.

Cuando salgo de mi casa me dirijo hacia donde estaba marcos apoyado en el árbol.

Lo veo en la misma posición, y cuando me ve me sonríe, pero cambia su gesto de inmediato, poniéndose serio y algo nervioso.¿ Que le pasara?

-Ya estoy aquí, ahora dime lo que me tienes que decir tan importante como para despertarme a las tres de la madrugada.- le digo muy seria y con cara de enfado.

-Yo... Lo siento Mara, pero cada vez que te veo no se lo que me pasa. Ahora en todo lo que pienso, en todo momento, es en ti. Y es que cada vez que estoy cerca de ti me pongo muy nervioso- Me dice sin apartar sus ojos de mi. Me muerdo el labio, no se lo que pensar. - Por favor, no hagas eso.

-¿ Que no haga que?- Le pregunto.

-Morderte el labio, me dan ganas de devorarlo.- me dice mientras se acerca a mi lentamente.
Esta a un suspiro de mis labios, tentandome, no se porque no me alejo, se trata de Marcos, el chico más mujeriego de la manada. ¿esto se lo hará a todas las lobas? ¿ Ir a sus casa en la madrugada?

No me da tiempo a reaccionar cuando Marcos me dice.

-Te dije que no te mordieras el labio Mara, no digas que no te lo advertí.-

Y diciéndo eso, me besa.

Primero es un tímido roce de nuestros labios, me quedo estática, nunca en mis 21 años de vida me habían besado.
No es que no quisiera que me besaran, pero hasta ahora no había encontrado al chico idóneo, no es que marcos sea el indicado, pero no tengo la suficiente fuerza de voluntad para separar nuestros labios.

Los labios de Marcos son muy suaves y calientes. Me pasa la lengua por el labio inferior y me lo muerde, no pude retener el gruñido que salió de mi, a lo que él también gruño.
Cuando lo escuche, algo en mi se despertó. Mis manos se fueron solas hacia su cuello, agarrandole los pelos y tirandoselos.
Me atacó ferozmente a los labios y dejando abrirlos, porfin nuestras lenguas se encontraron.
Notaba como si mi barriga estuviera llena de mariposas revoloteando, me sentía acalorada, no quería que nadie tocara esos labios, porque eran míos.
¿ Pero que estoy pensando? Marcos no era mio. ¿ Acaso quiero que sea mio?

Tímidamente abrí los ojos y me separe de el.

- Ahora contestame sinceramente,¿ que has sentido? -Me dice marcos juntando su frente con la mia, recuperando la respiración.

-Mark, yo... Nose, ha sido extraño. - Y despertando de mi ensoñación le digo- ¿Porque me has besado? ¿ Esto es lo que le haces a todas tus lobita? Pues lo siento, pero yo no soy una de ellas.

- Mara, he cambiado, lo prometo. Ya no me interesa nadie... Salvo tu.- Me separo de el y lo empujó hacia atrás.

-Mark, no.. No me digas que..-

- Nose como ha pasado, pero hoy cuando te he visto en el claro, y todos esos chuchos te estaban mirando de esa manera, solo quería ponerme delante de ti y gritarles que eras mía.- y diciéndome eso, dejándome totalmente en shock, me vuelve a besar.
Este beso no es como el de antes, tímido, si no se vuelve más apasionado a cada segundo que pasa. Marcos me agarra por las caderas, acercándome a el, estando totalmente pegados.
Instintivamente lo agarro del cuello y lo acerco más a mi, cojiendo con los puños sus pelos y tirando hacia mi.
Empiezo a notar otra vez esa sensación de mariposas, y un calor se apodera de mi interior. Mi sangre late frenéticamente, haciendo que mi corazón bombee rápidamente.

Marcos desciende hacia mi cuello dándome ligeros besos, mientras sus manos acarician mi espalda.

Noto una electricidad donde va dejando sus besos, haciéndome estremecer.

De repente noto como se para y lamé una parte de cuello, junto a la clavícula.

Y se lo que va a hacer

Me separó de él, dándole un empujón que lo hace retroceder.

-¿Que me hibas a hacer?, ¿Me hibas a marcar como tuya?- Le digo enfadada y gesticulando más de la cuenta.

-Por supuesto. Eres mía, y todos lo tienen que saber. No te dejare escapar, aceptame.-

Me giro sobre misma,y me dirijo hacia mi casa, no quiero seguir hablando más con Marcos.
No tengo la suficiente energía para lidiar con esto, mañana será otro día.

Y dejándolo sin una contestación, cierro la puerta de mi casa.

Te Daria La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora