Capitulo 3

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Empezaron todos a aúllar como símbolo de una nueva etapa de una compaňera de manada.

Sentía como me miraban algunos lobos, y es que si me consiguieran cómo compaňera pasarían a ser el nuevo alfa de la manada porque soy hija única.

Detestaba ser el centro de atención, a si que a la mínima que tuve oportunidad me escabulli y me adentre al bosque.

Necesitaba estar sola un rato, necesitaba asimilar que seguramente dentro de poco tendría un compaňero, me gustara o no. La loba que hay dentro de mi no se querría quedar sola, se sentiría tan sóla que caería en una terrible depresión y eso supondría que yo también.

Llegué a mi sitio favorito de todo el bosque y seguramente de todo el mundo, un enorme acantilado rodeado por vegetación y con una larga caída hacia el mar, mi océano atlántico.

Me gustaba asomarne y sentir el viento que subía desde abajo.

Me ayudaba a pensar. Muchas veces venia aquí, me sentía más cerca de mi madre, este era nuestro sitio, cuando yo aun era una cachorrita, ojalá la tuviera en estos momentos junto a mi, para que me aconsejará como seguir de ahora en adelante.

Yo no quería sentar la cabeza aun, no me veía como esposa y mucho menos como madre.

Estaba oscureciendo, ya era hora de regresar a casa y enfrentarme al alfa, a mi padre.

Seguramente no le gustara la actitud que tuve oy frente a mis compaňeros de manada, pues yo era la princesa de la manada del Viento y debía dar ejemplo.

El camino a casa se me hace corto, demasiado, me transformó en mi forma humana, hace frio, no lo había notado con mi espeso pelo.

Corro hacia el interior de mi casa y lo que me encuentro es una míni tarta con una vela encendida, y mi padre cantándome el cumpleaños feliz.

Me emocionó y empiezo a llorar cómo una niňa, no me esperaba esto de mi Padre, no es que sea un ogro, pero estos detalles son poco inusuales en el.

Me acerco y soplo la vela.

- ¿Has pedido tu deseo mi princesa? - Dice mi padre dándome un fuerte abrazo que me deja sin respiración.

- Sabes que no creo en esas cosas papa- le contesto.

- Hubieras pedido un compañero antes de la luna llena, por ejemplo- me dice mi padre, la verdad es que me he quedeado en shock.

¿Que se supone que me está diciendo? ¿Que encuentre un compaňero ya?

No me lo puedo creer.

- Papá, ¿un compañero? ¿porque tanta prisa?, tengo todo el tiempo del mundo para encontrarlo, además, aun no estoy preparada.

- ¡Guacimara! Como puedes decirme eso, y con tanta calma, no te das cuenta que tienes que encontrarlo y pronto. Como mi hija, la hija única heredera de un alfa, no puedes pensar de esa manera. No importa lo que tu quieras, debes comportarte como la próxima alfa de la manada del Viento y dar ejemplo.- me dice muy enfadado, se le ha puesto la cara roja, y aprieta los puños con fuerza.

Oh dios mios, pero que he dicho, nunca había visto a mi padre tan enfadado.

- Padre, se cuales son mis responsabilidades y no estoy diciendo que en un futuro no encuentre un compañero, pero por el momento me siento mejor sola.

- Mara - me dice mi padre ahora más calmado, cogiendome por los hombros y mirándome a los ojos- porfavor has lo necesario para encontrar a tu compañero lo antes posible, hazlo por tu viejo padre, no durare eternamente, y necesito un sucesor en que pueda confiar. Guacimara, encuentralo, porfavor.

Dicho esto mi padre sale por la puerta trasera de la casa y lo veo dirigirse al bosque.

Estoy sorprendida, ¿ porque tanta prisa?

Sea como sea, yo no quiero unirme a nadie, por el momento.

Aunque si tuviera que elegir a uno elegiría a Marcos, es el más fuerte de la manada y el hijo del mano derecha de mi padre.

Es alto, atlético, moreno, es decir, muy atractivo. Tiene 27 aňos, pero aparenta mucho menos,con su pelo negro en puntas que se dirigen hacia todas direcciones y sus ojos verdes. Pero tiene un fallo, es un mujeriego, lo he visto en varias ocasiones con compañeras de manada irse hacia las profundidades del bosque y no regresar asta pasado un buen rato,y además no le gustan los niňos, lo he visto gritando a los cachorros de la manada y mordiendoles en el cuello cómo advertencia que no se le acerquen.

A mi me trata bien, pero seguramente porque esta convencido que le elegiré a el. A veces se muestra bastante cariňoso conmigo, seguro para que los demás sepan que va a por mi.

Agggg pero qe estoy pensando, al final mi padre tendrá razón, y elegiré a un compañero antes de lo que pensaba.

Estoy agotada, solo me apetece darme un baño con agua bien caliente y dormir.

Cuando subo a mi dormitorio encuentro un regalo envuelto con papel verde y un lazo, no es muy grande, lo habro y me encuentro con una fotografía, en la que aparecen una lobita de pelo rojo mordiendo la cola de una loba de pelaje naranja, mi madre y yo.

Te Daria La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora