Capitulo 6

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Después de una larga reprimenda por parte de mi padre por haber perdido el combate, me dirijo hacia mi mullida cama, sin antes darme un baño para quitarme la suciedad del día, y con el pelo aun húmedo, me duermo.

Me despierto temprano, aun no ha asomado el sol por el horizonte, miro hacia el despertador que no para de emitir ese sonido tan detestable, son las seis de la mañana.

Me preparo para ir hacia mi trabajo.
Trabajo en una pequeña pero modesta librería del centro de mi Isla, mis turnos suelen ser de mañana de siete a tres de la tarde, y para llegar voy en mi motocicleta, una vespa azul, un regalo de mi padre al cumplir los 18 años.

Al entrar por la librería veo que ya ha llegado mi jefa, una anciana muy coqueta, siempre vestida y maquillada cómo si fuera ha asistir a un gran baile, donde el color dominante es el rosa.

-Hola querida, ¿Que tal tu semana de vacaciones?, por aquí no ha habido ninguna novedad, bueno salvo por un chico muy guapo que vino hace dos días.- A Isabel le encantan los cotilleos, siempre está enterada de todo lo que pasa en la isla.

-Muy bien, gracias por darme las vacaciones Isa, las nesesitaba. ¿Y quien es ese chico misterioso? ¿Es un turista?-

-De turista nada, pues yo le pregunte y me dijo muy amablemente que se quedaría por aquí un tiempo, que tenía terrenos de su padre y los quería ver.- Mientras me habla me coloco el delantal de color rosa pálido. -Bueno, yo me debo ir ahora que tengo cita con el doctor, te dejo a cargo del establecimiento - Me da dos besos y se larga con sus andares de anciana risueña.

Esoy colocándo los libros en las estanterías cuando suena la campanilla de la puerta, al girarme para dar la bienvenida al nuevo cliente me quedo estática en el lugar, en una posición tan rígida como si de un palo se tratase.
El sentido del olfato se intensifica sintiendo un fuerte aroma, como si estuviera en los acantilados un día soleado y aspirara el fresco olor a mar y salitre.

Él también se ha quedado estático, pero con una amplia sonrisa en su rostro, mirandome de arriba a abajo, como si estuviera observando su bien más preciado.
Es un chico muy atractivo, alto y de piel blanca, como si no hubiera visto nunca el sol, pero no llega a ser del todo pálido. Pero lo que me sorprende es su cabello blanco como la luna llena, y sus ojos, azules como el océano.

-¿En que le puedo ayudar, señor?- Le pregunto saliendo de mi asombro.

-Soy nuevo por aquí, y me gustaría tener un mapa de la isla, aunque, alomejor usted me podría ayudar a encontrar lo que busco señorita.- Me dice mientras se apoya en el mostrador.
Me mira tan fijamente que pierdo el equilibrio y se me caen los libros que sujetaba entre mis brazos.

Me agacho para recogerlos y veo que unas manos fuertes ya los han recogido todos, me enderezo, y al levantar la vista me encuentro con unos ojos que me miran desafiantes.

- Debería tener más cuidado, estos libros son primeras ediciones y son irreemplazables.-

-¿ Acaso sabe usted de literatura señor?- Le pregunto asombrada.

Este chico no tiene pinta de leer y mucho menos de ser entendido sobre ello.

-He tenido suficiente tiempo en mi vida para dedicarme a los estudios, más del normal.- Acercándose a mi, pero manteniendo las distancias me dice- ¿ Y a usted, le gustan los libros?-

-Si trabajo en una librería señor, es de suponer que si me gustan, pero no solo eso, me apasiona leer y sumergirme en sus historias, ¿ Cual es su favorito? Si disculpa mi indiscreción.- No suelo hablar tanto con los clientes pero los libros son mi tema favorito, y cuando empieza la conversación ya no puedo parar.

- Sin duda alguna Romeo y Julieta-

-Supongo que le gustan las novelas romanticas-

-No se trata de eso, si no la trama, el desafío que supone para ambos el estar enamorados- No puedo cerrar mi boca, la tengo abierta que casi me llega al suelo.

Sus palabras me dicen una cosa, pero sus ojos me muestran algo distinto, como si detrás de lo que dice hubiera un secreto.

-Es raro encontrar a alguien que le apasione tanto la lectura en estos tiempos, la mayoría están más concentrados en los teléfonos móviles o en las fiestas. Volviendo al tema, ¿buscaba un mapa de la zona, verdad?-

-Así era, pero me gustaría que una isleña me enseñara el lugar, y si no le importa podría ser usted.- Con otra vez su amplia sonrisa en su rostro, me mira, asiendome que el corazón me lata fuertemente, nose que tendrá este chico en especial, pero lo quiero conocer más.

- Por supuesto, me encantaría enseñarle mi pequeña isla. Si no le importa que sea mañana, pues hoy estoy ocupada.- Es mentira, hoy no tengo nada importante que hacer, pero primero quiero organizarme para enseñarle los lugares más bonitos y paradisíacos.
No se porqué, pero quiero que le guste tanto mi pequeña isla como a mi.

Oímos la campanilla de la puerta y nos giramos a la vez para ver de quien se trata, es Isabel. Cuando nos ve a los dos nos sonríe con una gran sonrisa y achicando los ojos.

-Vaya Guacimara, veo que ya has conocido a nuestro visitante, espero que lo hayas atendido bien, no quiero que se lleve una mala impresión de los lugareños.- Isabel siempre tan amable, es una viejita encantadora.

-Puede estar tranquila madame, su empleada me ha tratado muy cortésmente, incluso me enseñara mañana vuestro preciado paraíso.-

-Me alegro mucho, Mara este chico es muy educado y guapo ¿No crees?- Oh dios mio, miro a isa con la mejor cara que me sale.
Me he puesto tan roja como un tomate, noto el calor en la cara, y ahora ¿que le contesto?, le digo lo primero que se me ocurre.

-Isa, ya sabes que me digas estas cosas me dan apuro.- Le digo.

-Pues a mi no, y dime joven, ¿Tienes novia, o estas casado?- Madre mía esta mujer no tiene pelos en la lengua.

-Madame, desde que nací ya estoy comprometido con una joven que aún no había llegado a conocer, pero la conocí hace poco, y me he llevado una grata sorpresa.-

-Vaya ¿ y eso aun se sige haciendo?, en los tiempos que corren eso es toda una novedad oírlo, pues me alegro mucho por usted joven, espero que su prometida y usted sean muy felices juntos. Mara ya te puedes ir a casa, yo me encargo hoy de cerrar el local, que ya es la hora.-

No me doy cuenta que esta dirigiéndose a mi hasta que no me toca el brazo Isabel.
Cuando esté chico ha dicho que esta prometido un fuego en mi interior me ha recorrido, sintiendo cómo ¿celos?, no puede ser.

-Vale Isa, nos veremos mañana.- busco al desconocido de ojos azules, pero no lo encuentro, ¿cuando se habrá ido?

Salgo por la puerta de la librería, y voy hacia mi moto, me coloco el casco y noto como me observan por la espalda, me giro y descubro al joven de antes mirándome.

Se acerca hacia mi y me quito el casco para poder hablar mejor.

-Te has ido sin decir nada, pensé que te habías arrepentido de haberme dicho que te enseñara la isla.- Le digo mosqueada, nose el porqué de mi enfado, pero no lo puedo evitar. - Por cierto, ¿como te llamas?-

- Mi nombre es Darek, si no te importa nos veremos mañana aquí a la misma hora, te pasare a buscar- Me dice mientras se gira y se va.

Oye! Si no te importa, mañana iremos en mi moto.- Le contesto gritándole mientra me coloco nuevamente mi casco, arranco la moto y me incorporo a la circulación notando como unos ojos azules me observan alejándome, no me ha gustado cómo me ha hablado, a mi nadie me ha ordenes, salvo mi alfa.

Te Daria La LunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora