45. ¿Así de fácil?

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Era fin de semana y ahí estaba Sakusa terminando de limpiar unos libros del último pasillo. Su cabeza estaba en otro lugar, realmente no estaba seguro de si estaba bien, pero no había dormido nada y podía caer fácilmente si alguien lo tropezaba solo un poco. Sentía como sus párpados pesaban y ardían.

Cuando terminó con su tarea, se recostó un poco en la pared y cerró los ojos un momento. Su cabeza estaba empezando a doler con más intensidad.

"Sakusa" el pelinegro escuchó la voz de su jefe y se reincorporó.

"Disculpe, yo..."

"No, no, tranquilo. Te noto muy cansado, te dije que puedes tomarte unos días"

"No, está bien, solo es cuestión de que descanse esta semana" su jefe lo miró con desconfianza.

"¿Por qué hoy no llegaste junto a Komori?" Sakusa apartó la mirada. "Él siempre llega temprano porque viene contigo, hoy llegó más tarde que de costumbre"

"No lo sé, debo ir al baño" intentó zafarse de la conversación, pero fue un intento fallido.

"Bueno, dile a Komori que venga un momento, necesito que recoja unos libros en la biblioteca principal" Sakusa suspiró por lo bajo, lo último que quería era hablar con Komori. Había intentado acercarse a él en toda la semana que acababa de pasar, pero el castaño solo se encerraba en su habitación a escuchar música todo el tiempo.

El pelinegro caminó hacia donde estaba su primo, este último no tenía ese semblante amigable y alegre de siempre, Sakusa podía notar su enojo a leguas.

"Komori" dijo Sakusa sin obtener una palabra a cambio. "Paul te necesita" Komori dejó lo que estaba haciendo y comenzó a caminar hacia donde estaba su jefe. "Komori" Sakusa lo tomó del brazo.

"Si me vuelves a tocar, te voy a dar un puñetazo" Sakusa lo miró confundido. ¿Quién era este y por qué actuaba de esa manera?

"¿Qué pasa contigo? ya te pareces a..."

"¿A Atsumu? pues ahora entiendo porqué él tampoco quiere hablarte" Sakusa enarcó una ceja.

"¿Qué intentas decir?"

"Deja de intentar hablarme, llevo mucho tiempo aguantando tu comportamiento de mierda"

"Discúlpame por eso, de verdad" Sakusa se escuchaba sincero, pero su primo estaba realmente molesto.

"Estás disculpado, pero eso no quiere decir que quiera hablar contigo" Komori comenzó a alejarse y Sakusa ladeó la cabeza haciendo una mueca. Sabía que todo había sido su culpa y que su primo tenía que estar muy molesto para estar actuando de esa manera.

Iba a caminar hacia la parte de atrás del lugar para comenzar a almorzar, pero notó que había alguien en la entrada. Era una mujer y traía en brazos a Emma.

Sakusa se extrañó un poco porque era alguien que nunca había visto con Emma, se acercó a la entrada y la mujer le sonrió.

"Debes ser Kiyo, eres igual que la descripción que me dió Emma" decía la mujer alegremente.

"Sí, soy yo" dijo Sakusa mientras miraba el rostro decaído de Emma.

"Soy su madre" la mujer bajó a Emma y esta solo miraba hacia el piso sin decir nada. "Gracias por dejarla pasar tanto tiempo aquí, trabajo y no puedo cuidar muy bien de mi pequeña"

"No se preocupe, aquí está bien y su niñero también es muy bueno con ella" decía Sakusa encogiéndose de hombros.

"Con respecto a eso... no he tenido suerte con los niñeros, ahora estoy buscando a otro" Sakusa miró a Emma, pero la niña no despegaba la cabeza del piso.

"¿Qué? creí que tenía uno, el chico era rubio y..."

"Sí, Miya, fue el último que tuvo, pero ya no está con nosotras" Sakusa no entendía nada.

"¿Hizo algo malo?"

"No, no, solo..." la mujer parpadeó un par de veces intentando encontrar las palabras correctas. "Creo que no era una persona mentalmente estable para cuidar a mi pequeña" Sakusa seguía sin entender nada, pero decidió no seguir preguntando nada más.

"Entiendo" susurró y la mujer suspiró.

"Bien, tengo que irme, pasaré por Emma en un par de horas" la mujer salió del lugar casi volando.

Sakusa se agachó para poder quedar a la altura de Emma. La pequeña tenía los ojos llenos de lágrimas que había estado conteniendo.

"Kiyo..." susurró haciendo puchero y comenzó a llorar. Sakusa tragó saliva y comenzó a sobar su cabello.

"¿Puedes explicarme qué hizo Atsumu?" Emma comenzó a sollozar. "No te pongas así, Emma, tranquila"

"Es que... ¿p-por qué Atsumu me dejó sola?" dijo entre llanto.

"¿Él renunció?" ella asintió.

"Él estaba llorando todo el tiempo, ya no quería jugar y dijo que lo mejor era que no tuviese ese tipo de ejemplo durante mi crecimiento" Emma intentaba contener sus lágrimas, pero era imposible.

"¿Llorando?" Emma tapó su boca con ambas manos.

"No, se suponía que era un secreto" dijo sintiéndose peor.

"¿De qué hablas?"

"Es que..." Emma miró a otro lado y pasó sus manitos por debajo de sus ojos intentando secar sus mejillas. "No puedo decirlo" Sakusa levantó ambas cejas.

"¿Por qué?"

"Le prometí a Atsumu que no iba a decirte nada"

"¿Quieres que me arregle con él?" Emma lo miró y asintió energéticamente. "Entonces puedes decirme, así iré a dónde está y me arreglaré con él"

"¿Así de fácil? ¿los adultos hacen cosas que hagan llorar a los otros y se arreglan de la nada?" Sakusa bajó la cabeza y sonrió. Había quedado como un imbécil frente a una niña de 7 años.

"No, no es tan fácil, pero lo intentaré" dijo sonriendo y Emma suspiró derrotada.

"Si es que lo logras" susurró.

"¿Por qué dices eso?"

"Atsumu renunció porque se la pasaba pensando en ti y llorando como un bebé. Mamá le dijo que cuando mejorara, podía volver, pero él dijo que no, que yo necesitaba un buen ejemplo y que se iría" Sakusa asintió lentamente.

"Entiendo" dijo mirando hacia la nada, pero luego miró a Emma preocupado. "¿Irse?"

"Ah, sí, dijo que si iba del país otra vez" Sakusa abrió sus ojos más de lo normal.

"¿Que Atsumu hará qué?"

Midnight Sky [SakuAtsu] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora