Alexander Summers

125 28 30
                                    

-Suban al autobús, y no quiero verlos comiendo golosinas porque luego la que las tiene que recoger soy yo. -Decía Allison con los brazos cruzados asegurándose de que todos subieran. -Te estoy viendo, Cassidy. Escupe ese chicle antes de que te lo pegue en el cabello.

Sean escupió el chicle de mala gana y subió al autobús.

-No seas tan ruda, Dazzler. -Le aconsejó Charles, quien estaba a cargo de otro autobús. -Deja que se diviertan.

-No si luego yo tengo que limpiar esa diversión.

Charles anotaba los nombres de los estudiantes mientras subían. Si todo salía bien en esta salida, podrían hacer el viaje para fin de año.

-Hey, Chuck. -Una voz conocida interrumpió sus pensamientos. Era Alex. -Te guardaré un puesto para que no tengas que sentarte al lado del chofer, dicen que lanza gases todo el camino. -Agregó en voz baja.

-¿Es cierto o sólo quieres que me siente contigo? -Preguntó Charles entrecerrando los ojos.

-Ambas. -Sonrió divertido.

-Bien, dame tu número y tu cédula de identidad. -Pidió anotando en su tabla. El otro le dictó los números y luego le guiñó el ojo.

-Para que me llames.

-Eres un ridículo, sube ya. -Dijo Charles conteniendo la risa. El rubio hizo caso y detrás de él venía una morena de cabellera blanca que tenía una sonrisita muy curiosa.

-Te ves bien hoy. -Observó ella.

-Tengo qué. -Musitó sin mirarla directamente. Si la pregunta era si había superado el tema de Erik, la respuesta era un rotundo no. Pero de alguna manera lograba mantenerse en pie cuando estaba en público. -No puedo estar lamentándome todos los días ¿O sí? -Sonriendo débilmente.

-Supongo que no. -Dijo ella notando su expresión decaída. -Pero todo va a mejorar de a poco ¿Sí? Al menos ahora sonríes más. -Le susurró con un tono compasivo y él asintió agradecido antes de que ella le dictase sus datos y subiera al autobús.

-Siguiente. -Dijo Charles terminando de anotar unos números.

-¿Te digo mis datos? -La voz suave de Erik le hizo subir la mirada, la sola vista agitó su respiración.

-No te molestes, ya me los sé. -Quiso sonreírle, pero no pudo. Hablar con él ya no era tan fácil como antes, no cuando verlo lo debilitaba. -¿Cómo... cómo estás?

Erik se encogió de hombros y su boca se torció un poco.

-Estoy igual. -Admitió el castaño en voz baja anotando los datos en la tabla nerviosamente para luego subir la vista de nuevo.

El momento en el que se vieron se extendió una eternidad. Si los rompimientos eran difíciles normalmente ¿Cómo se suponía que se sobrevive a terminar con alguien a quien aún amas?

¿En algún momento se iría ese presentimiento de que todo era un error? Porque lo único que sentía allí era arrepentimiento por dejarlo ir, ganas de decirle cuanto lo había extrañado, de tocarlo, de desaparecer esa expresión triste de su rostro.

Pero estaban destinados a romper, lo sabía. No podía forzar las cosas, ya no eran como antes.

-¿Por qué tardas tanto? ¿No te deja subir? -La voz de Sebastian los interrumpió con su típico tono venenoso mientras rodeaba los hombros del más alto con su brazo frío y pesado. Erik parpadeó, dirigió su mirada a la mano ajena en su hombro con desagrado y luego a su dueño.

-No, justo iba a subir. -Dijo Erik para que el otro no se extendiera. Sabía que Sebastian podía ser insufrible cuando quería, y más con Charles.

Stubborn (Cherik)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora