ʙᴀʟʟᴇʀɪɴᴀ [ᴍᴏɴᴏᴍᴀ ɴᴇɪᴛᴏ]

ᴄᴀʀᴛᴀ 𝟹

Vi lo que sucedió hoy en el comedor y me sentí terriblemente mal verte llorar y con una expresión tan asustada. ¿Acaso te paso algo antes de venir a Japón? No se quien seria capaz de hacerte daño, eres un ángel.

Quise ir detrás de ti como tu amiga a consolarte y abrazarte pero corría el riesgo de que me descubras pero al menos tratare de levantarte el animo por medio de estas cartas. Espero que estés bien.

No se que te paso en el pasado pero debes de saber que todos aquellos que te hicieron daño son unos miserables idiotas al no saber apreciar el tipo de persona que eres.

Ten este Cupcake de frutos, tuve que pedirle ayuda a una amiga para poder prepararlo. Espero que te guste.

No lo olvides, eres hermosa.

Atte: Anónimo.

Monoma se encontraba detrás de un árbol algo alejado de la chica, no había podido esperar al día siguiente para dejar la carta así que fue al patio de los dormitorios de primer año para ver a su amada, necesitaba verificar que estaba bien. Felizmente ella fue a practicar su baile como todas las noches hacia.

Se sorprendió al ver una carta y una pequeña caja de cartón en el suelo, miro a todos lados pero al no encontrar a nadie se sentó abriendo la carta empezando a leerla.

A los ojos de Neito una hermosa sonrisa adorno el rostro de la muchacha sintiéndose algo más calmado. Soltó un suspiro relajándose.

Dejo a un lado la nota y tomo el postre sorprendiéndose un poco por lo bien decorado que estaba. Decidió guardarlo para comerlo más tarde y estiro sus brazos haciendo calentamientos previos antes de ponerse a bailar.

Los ojos de Monoma se iluminaron al ver los movimientos elegantes y delicados que la linda muchacha estaba realizando haciendo que su corazón palpitara a más no poder y una boba sonrisa enamorada decorara su rostro.

Unas ganas indescriptibles de salir de su escondite y abrazarla llegaron a él pero se contuvo, aún era muy pronto para hacer eso.

Dios, como amaba a esa chica.