ʙᴀʟʟᴇʀɪɴᴀ [ᴍᴏɴᴏᴍᴀ ɴᴇɪᴛᴏ]

ᴄᴀʀᴛᴀ 11

Buenos días hermosa.

Finalmente llego el dia mas temido para mi, saldremos de vacaciones y podré verte diario.

Pero estoy feliz, te ha ido muy bien esta semana con los exámenes, creo que tu nota más baja fue un 7 pero tampoco está nada mal.

Espero que tal vez nos veamos en estas vacaciones bueno, que yo te vea a ti.

Ten este regalo, son llaveros de pingüinos tejidos a crochet. ¿Sabías que los pingüinos cuando se enamoran y encuentran su pareja buscan la piedra más hermosa de la playa y se la regala? El se la entrega y ella si la acepta es un si para siempre.

Yo solo espero que ese dia llegue contigo.

Te amo y te extrañare este tiempo.

Nos vemos preciosa.

--¿Que? ¿No piensas siquiera a invitarla a salir? --pregunto Kendo observando al rubio.

--¿Que? Claro que no, seguramente tiene planes para estos días y no me gustaría entrometerme. --confeso el rubio.

--Pero no estas seguro, deberias preguntarle. --Comento tetsu.

--Basta, no lo haré. --sentenció.

Ambos amigos suspiraron rendidos, no podían hacer nada contra la terquedad de Monoma.

Pero ciertamente se moría de ganas de invitarla a salir.

Las horas fueron pasando, quedaban solo cinco minutos para que iniciarán las vacaciones por lo que los estudiantes observaban el reloj de manera suplicante y sudorosos incluso más que cuando entrenaban.

Las agujas del reloj finalmente se movieron marcando la hora finalizando las clases y el timbre sonó haciendo que los estudiantes de la clase a lanzarán sus cuadernos al techo para luego salir huyendo del salón a la salida con una sonrisa de felicidad en el rostro.

--¡___! ¿No vienes? -- pregunto Mina al verte guardar tus cosas con tranquilidad.

--Si, adelantate. --contestó ella.

La chica de piel rosa salió corriendo del aula.

Si bien es cierto le emocionaban las vacaciones tenía sentimientos encontrados.

No recibiría más cartas del chico misterioso.

¿Acaso se estaba enamorando sin conocerlo?

Estaba muy distraída.

Tanto así que cuándo salió del salón pensó que se había chocado accidentalmente contra el rubio de la clase B.

Cuando Kendo y Tetsu lo habían empujado hacia ella para que le hablará.

--Monoma-kun, lo siento. Estoy algo distraída. --comentó.

Trató saliva maldiciendo a sus amigos.

--Me lo esperaba de la clase A. --comentó -- ¿Puedo preguntar porque estas así? No es que me interese. Pero tengo curiosidad.

Pensó dos veces antes de decírselo.

No podría molestarla más de lo que ya lo hace, ¿no?

--Monoma-kun, ¿Alguna vez sintió algo por alguien que no conoce? Pero esa persona siempre lo ayuda emocional mente y te hace sentir la persona más perfecta del mundo aún con todos tus defectos. --

El rubio se sorprendió por aquella descripción pero segundos después cayó en cuenta que hablaba de él.

O el chico de las cartas.

Su corazón iba a explotar en cualquier momento.

--No lo creo. Es muy raro lo que me preguntas. --disimulo.

--Lo sé, ni yo lo entiendo. --soltó un suspiro --Bueno Monoma-kun. Nos veremos pronto, Mina me está esperando. Adiós.

Ella se dio la vuelta para irse.

¡No seas un cobarde! Almenos inténtalo imbécil.

--Espera, enana. --Monoma la detuvo y ella giro a verlo --No tengo nada que hacer estas vacaciones, estaré en mi casa aburrido todo el día y me preguntaba si... Tenias planes si no para salir... Los dos. --desvío la mirada avergonzado.

Lo había hecho.

Estaba tan avergonzado que no sabía dónde mirar esperando la respuesta de la chica coreana.

¿Qué haría si dice que no?
Quedaría como un tonto ante ella.

--Claro. Me gustaría. --

Una corriente paso por la columna de Monoma.

--Te daré mi número para ponernos de acuerdo cualquier día. Dame tu teléfono. --

Aun sin poder creerlo Monoma se lo dio y ella se agregó a contactos.

--Escríbeme cualquier cosa. Nos vemos Monoma. --se acercó y beso su mejilla para luego irse caminando.

Ese era el mejor día de su vida.