En esta última mitad de la serie...
Lia está lista para irse a Nueva York, todos tienen su futuro definido pero algo se interpone.
¿Cazadores?
¿Gerard?
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Los disparos aún se escuchaban. Seguía escondida detrás de un pilar sin moverme ni un poco. Escuchaba como avanzaban sin dejar de disparar.
Apreté los ojos asustada, no quería morir.
- ¡Malia!- Escuché exclamar a Scott.
Vi como un tipo le apuntaba a Scott y él se detenía mirándolo asustado.
- ¡No!- Grité.
De la nada se escuchó un ruido y el tipo fue golpeado por...¿la Jeep?
- Stiles.- Sonreí aliviada al verlo.
- No pensaron que harían esto sin mí, ¿o sí?- Habló asomándose por la ventana.
-Sin nosotros- Habló otra voz y vi a Derek.
Él me sonrió y le sonreí de vuelta.
Derek rugió y sus ojos brillaron de color azul. Él derribó a dos hombres. Sonreí viendo como los golpeaba.
- ¡Lia!- Exclamó Derek.
Lo miré y él lanzó a un hombre. Moví mi mano y lo estampé contra una pared para luego mover la otra empujando a un tipo al suelo dejándolo inconsciente.
- ¿Cuánto me perdí?- Preguntó Derek.
- Mucho.- Respondí y moví mis manos estrellando a dos tipos contra un pilar y dejándolos inconscientes.
- Mejoraste demasiado.- Alzó sus cejas y sonreí.
- Gracias.-
Malia y Peter peleaban con otros tipos.
Peter rugió fuertemente. Vi como los demás comenzaban a correr.
- ¿Ya se van?- Ladeé la cabeza y moví mis manos. Arrastré a tres hombre por el suelo.
Ellos gritaron asustados y uno quedó frente a mí.
- Boo.- Hice mis ojos brillar.
Él se levantó rápidamente para irse corriendo.
Los que quedaron subieron a las camionetas y huyeron rápidamente.
Miré a Stiles.
- No puedo creer que no me dijeran nada. Ni una palabra, ni una sola palabra.- Habló y corrí hacia él.
Él me tomó de la cintura y lo besé sosteniendo su rostro entre mis manos.
- Te extrañé- Susurré y él sonrió.
- No más que yo.- Susurró dándome un beso en la frente.
Todos giramos la vista y vimos como Scott intentaba quitarle el dolor a Deucalion pero ya era muy tarde para él.
- Gerard a lo que más le teme es que no puede vencerte...- Susurró débilmente. -...y lo sabe.-
Sentí un vacío en mi pecho y me puse la mano sobre este. Había muerto. Habían asesinado a Deucalion.
