II. Un acuerdo.

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La ceremonia tradicional venía con una cena pública, esto quiere decir que los civiles estaban invitados al gran festín que compartían los recién casados. Tanto Gojo como Yuuji debían recorrer las calles y saludar, ser vistos. Gojo presentándose como un nuevo líder y Yuuji como su compañero de por vida. Los líderes de los demás clanes les ofrecían regalos y les deseaban prosperidad.

Pero si alguien le preguntara a Yuuji qué es lo que opinaba de todo eso, diría que era una completa pérdida de tiempo. Sin embargo, se mantuvo callado y sonriendo. Justo como todos esperaban.

A pesar de que lo único que quería era estar alejado de Gojo. Deseaba detener a alguien, quien fuera, y decirle quién era realmente su nuevo líder. Pensamientos e ideas de él mismo corriendo por las calles en busca de algún consuelo eran reprimidas por el miedo.

Así que siguió con la farsa. Y, por lo menos, agradecía que Nanami se mantuviera ahí a su lado, era la única persona en ese lugar -que no era su hogar- en el que podía confiar, con quien se sentía seguro.

El día rápidamente estaba llegando a su final, aun había luz solar, pero eso no era mejor, no cuando Yuuji sabía qué es lo que venía con la oscuridad de la noche, de su noche de bodas. Las ideas de huir lejos no sonaban tan mal, al recordar lo que seguía una vez que la festividad terminara.

Ahí, sentado en la gran mesa solo, con la mirada perdida en sus manos, siendo consciente de que Satoru estaba a un par de metros hablando con uno de los ancianos, realmente pensaba en levantarse e irse. Era demasiado fácil, nadie le prestaba atención, podía escabullirse y entonces...

-Yuuji, ¿estás bien?- la voz de Nanami hizo que se sobresaltara-. ¿Qué pensabas?

-Y-yo... no... nada, yo...

-Caminemos un poco- dijo, pero no lo veía, sino que echó una rápida mirada hacia donde Gojo estaba-. Platiquemos.

Yuuji asintió tratando de salir del aturdimiento. ¿De verdad había pensado en escapar de ahí creyendo que nadie lo iba a ver?

Las calles comenzaban a iluminarse mientras más se ocultaba el sol, los niños corrían jugando de un lado a otro y los adultos comían y conversaban. Yuuji se encogió ante la vaga idea de que algún día podría tener algo como eso.

-¿Me dirás qué es lo que pensabas?

-Era algo tonto- negó un par de veces-. Nada relevante.

-Parecías muy concentrado y decidido.

-Yo sólo... sólo pensaba en qué pasaría si huía un momento- contestó en un murmullo avergonzado, pero Nanami no lo miró, siguió con su vista en el frente-. ¡Pero fue una tontería! No podría, alguien se daría cuenta.

Agregó rápidamente, y no se trataba de darle una explicación a Nanami, sino más bien que temía ser escuchado por alguien. Las consecuencias podrían ser aterradoras.

-Yuuji, yo sé que esto es muy difícil para ti, que estas frustrado, pero sabes lo que puede pasarte si huyes de esa manera- Nanami se detuvo y lo miró de frente, estaban lo suficientemente alejados de cualquier persona que pudiera escucharlos, aun así, bajó el tono de su voz-. Estaré aquí mucho tiempo arreglando asuntos con los clanes.

Yuuji estuvo a punto de confesar la razón del por qué había tenido pensamientos de escape, pero escuchar esas palabras de Nanami hizo que olvidara aquella preocupación. Y más que eso, no podía darle otro problema, eso que Yuuji sentía podía enfrentarlo por sí solo.

-¿Sucedió algo?- preguntó curioso.

-No exactamente... aunque no es un tema que deba tratarse en tu boda.

Broken places | GoYuu [omegaverse AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora