V. Verdades agridulces y aceptaciones dolorosas

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-Sukuna, si vuelves a hacer un chiste sobre un embarazo inexistente, te entregaré yo mismo ante los jefes de los clanes- Yuuji señaló a su hermano amenazante.

-No lo harías.

-No tientes demasiado tu suerte.

Con esa advertencia, Sukuna no volvió a hablar. Yuuji suspiró irritado.

Se estaba cumpliendo una semana desde que Sukuna había decidido quedarse en su casa, Yuuji habría estado más que feliz con ese hecho, pero no podía olvidar por qué su hermano estaba ocultándose ahí. Además, esos días resultaban mucho más difíciles de lo que se imaginó, y no solo por las discusiones constantes entre Gojo y Sukuna, sino que también por la falta de información que estaban reuniendo. Yuuji en algún punto empezó a creer que todo era inútil.

Una de las cosas que ocupaba su mente, aunque no de manera grave, eran los resultados de su chequeo con Ieiri. La médico tardaba más de lo necesario, y a pesar de que Gojo le había dicho esa misma mañana que era algo normal y que no se preocupara, Yuuji no podía evitar sentirse ansioso.

Lo único que le daba consuelo era que no tenía ninguno de los dichosos síntomas de un embarazo en un omega masculino. Tanto Sukuna como Gojo se habían empeñado en nombrarle cada uno, la insistencia había sido tanta entre los dos, que la noche anterior les había gritado lo idiotas que eran. Y eso solo provocó que Sukuna hiciera bromas de mal gusto.

Yuuji se sentía cansado emocional y físicamente.

-Estás pálido, ¿de verdad no quieres comer? - Gojo le preguntó mientras Yuuji tan solo miraba la comida, no como Sukuna que había devorado casi todo.

-Estoy bien... solo no tengo hambre.

-Pero si no comes-Sukuna comenzó, Yuuji lo miró fijamente en modo de advertencia-... puedes enfermarte.

-Comeré más tarde.

-¿Seguro?- Gojo insistió, real preocupación reflejada en sus ojos.

Yuuji sonrió a medias, se puso de pie, pero en cuanto trató de hablar, sus piernas no le respondieron, flaqueando antes de dar el paso y provocando que cayera de rodillas. Sukuna era el más cercano, por lo que el golpe no fue tan grave.

-Llamaré a Ieiri- anunció Gojo mientras se levantaba.

Sukuna tomó a su hermano entre sus brazos cargándolo hasta su habitación, Yuuji se sentía somnoliento, completamente agotado. ¿Qué es lo que le estaba sucediendo? Era su propio cuerpo y le frustró en ese instante no identificar por qué tan de pronto sus energías eran nulas.

Un cosquilleo extraño le recorrió las piernas extendiéndose hasta su vientre, no podía poner con palabras la sensación en ese momento, sus pensamientos fueron desordenados y confusos, yéndose a una sola sensación de dolor que aumentó en cuanto su espalda tocó la cama. Se retorció en posición fetal con la esperanza de aminorar el malestar. Y no era una indigestión, se trataba de algo diferente, algo que le dio miedo.

Escuchaba a su hermano preguntándole cosas y, por más que deseó responderle, de su boca lo único que salían eran lamentos y gruñidos.

Durante unos segundos, creyó que en realidad sí estaba embarazado y que lo que llevaba adentro le estaba provocando ese sufrimiento a propósito, así que lloró desconsolado, ¿eso era crear una vida? Se preguntó repudiando la idea.

El dolor no cesó hasta un par de minutos después, el sudor de su rostro se había combinado con las lágrimas. Su hermano lo miró preocupado.

-Seguramente no es nada grave- dijo Yuuji con voz ronca.

Broken places | GoYuu [omegaverse AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora