My Sweet Little Hawk

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Clint en Asgard

Las veces que Thor visitaba la Tierra, eran escasas. Pero cuando se quedaba de visita en la torre hacía valer cada minuto de su tiempo. Le gustaba platicar con todos, conocer un poco más de las costumbres midgardianas y probar la variedad de comida que existía en Nueva York. Sin embargo, la última visita de Thor fue ligeramente diferente al resto.

—Ustedes me han invitado a celebrar muchas de sus fiestas, y creo que es hora que yo regrese el favor y los lleve a Asgard para estar en uno de los festines del palacio —mencionó el dios asgardiano con una amable sonrisa.

Todos en la sala de estar seguían desconcertados de la propuesta. ¿Conocer Asgard? Eso sonaba genial para Clint, pero la idea de estar en el mismo planeta de Loki, mataba todas sus ilusiones.

—Bueno, yo me apunto ¿por qué no? —sonrió Tony, encogiéndose de hombros.

—Pues... —murmuró Steve, no muy seguro de esa idea— Thor, ¿qué hay de Loki? ¿sigue encarcelado?

Clint le agradeció en silencio al super soldado rubio por mencionar su más grande miedo. Y que Thor bufase, restándole importancia, fue incluso mejor.

—Oh, sí, por supuesto. Él sigue en su celda, y no tiene permitido salir a menos que sea con alguien de la familia o por alguna razón importante. Pero descuiden, chicos... Loki no puede estar en el festín.

Thor miró hacia Clint, esperando sembrarle toda confianza para que los acompañase al banquete en Asgard. Muchos se resignaron y aceptaron la invitación de buen agrado. Al final las miradas viajaron hacia Clint, y su todavía muda respuesta.

—¿Qué dices, Clint? —preguntó Bruce, amable— ¿Quieres ir? Porque si tú no vas, lo siento, chicos, yo tampoco quisiera ir...

—Ay vamos... es una fiesta, chicos —se quejó Nat, tomando el brazo de Bruce—. Y Thor ya prometió que no hay forma en que Loki pueda intervenir. Hay que ir.

Clint resopló empecinado.

—Bien. Iré.

Viajar en el Bifrost fue una forma muy extraña de vuelo. Clint se había sentido mareado unos segundos, pero cuando llegaron a Asgard, el mareo cesó. Fue un alivio, no quería vomitarle a nadie.

Thor les presentó a Heimdall les mencionó que él era el guardián del Bifrost y buen amigo personal. Y los vería a todos en el festín en unas horas. Thor les mostró la ciudad, y luego el palacio, los hospedó en habitaciones individuales en una misma ala del palacio, claro que Tony no dudó en mudar sus cosas a la misma habitación que eligiese Bucky. Y Nat y Bruce compartieron una mirada antes de entrar juntos otra habitación.

La habitación de Clint tenía una vista increíble hacia el pueblo. Era enorme, con una cama en la que cabían al menos seis personas. Todo el gigantesco espacio era solo para él. Increíble. Horas después de la instalación, los Vengadores conocieron a Odín en persona, y a la reina Frigga, a otros guerreros como Hogun y Fandral. Era una visita amistosa a un reino impresionante muy lejos de la Tierra.

Clint le había pedido a Thor que le dijese dónde estaba Loki, al principio el dios del trueno lo observó con desconcierto por su petición. Pero el espía rubio inmediatamente le contó su plan de alejarse de esa área a toda costa, y nunca pasar por ahí. Así que Thor aceptó mostrarle el pasillo que conducía hacia la sección inferior del palacio. No lo llevó hasta las catacumbas por los guardias y porque prefería evitarle el trauma a Clint, lo que el espía rubio agradeció.

Cuando llegó la noche el festín atrajo la atención del pueblo asgardiano. El salón de reuniones estaba repleto, muchos querían conocer a los midgardianos. Clint comió lo que pudo, las mesas estaban saturadas de comida y cántaros de bebida, pero por primera vez él no tenía mucha hambre.