Era estúpido levantarme lo más temprano que podía, de todas maneras mi hermana estaría despierta, no tenía ánimos de nada en absoluto, solo quería dormir, me sentía desvelado, pero esa casa en mil veces peor que dormir en un pedazo de cartón y eso que nunca había dormido en un pedazo de cartón. Tomé un vaso de jugo de naranja y tomé un pedazo de pizza frío, mi hermana me lo quitó para colocarlo en un plato y meterlo al microondas.
— ¿Sabes? No te lo pedí. — mencioné tomando más de la mitad de mi jugo. — Creo que me iré con el estómago vacío a la escuela, nos vemos más tarde.
— Aarón, no vas a salir de este edificio hasta que comas algo, no hay dinero para andarlo malgastando en almuerzos de la escuela.
Eso era lo que más me molestaba, nos habíamos ido a la quiebra por un estúpido descuido de ella. El estrés invadía mi cabeza justo en este momento, mismo que me hizo golpear la mesa y me senté tratando de inhalar y exhalar, técnica que en ocasiones me resultaba efectiva para controlar estos ataques impulsivos que tomaba.
— Ashley, yo... — me costaba tanto disculparme con mi hermana, me mostraba tan débil. ¿En qué persona me estaba convirtiendo?. — Yo me tengo que ir y por el almuerzo, no te preocupes, está vez no compraré nada.
Tomé mi mochila, al salir solo escuché mi nombre una vez más. Me encontré con Miguel, no le hice caso, al menos él tenía una bicicleta mientras yo tenía que irme en el autobús escolar porque era gratis. Mi vida ha sido una completa mierda desde que mis dos padres no están, Ashley no sabe tratarme o quizá sí, pero yo no me dejaba ayudar.
[...]
Me dolía mucho saber, que no podía hacer nada por mi hermano, cada intento que hacía era un completo fracaso. ¿Qué le sucedía? Era obvio que no me iba a hacer caso con dejar esas amistades, mismas que yo desconocía.
Recogí un par de basura de todo lo que había ocupado anoche, salí del departamento y me fui a tirarla en el bote, uno de color que ya había aprendido. Al regresar a mi departamento me encontré con Johnny, una sonrisa era lo principal que nos regalabamos.
— Espera, espera. — dije antes que echara las botellas en un bote que no iban. — Estás van en este de aquí.
Apunté.
— No, ¿todos los latinos son así?. — no sabía si lo decía en broma, además, no sabía a lo que se refería. — Me refiero a que, Miguel también me ha dado clases de como clasificar la basura. ¿Adivina qué hago?.
— No lo sé, supongo que no haces caso.
— Exacto. — terminó de aventar la restante y nos dirigimos a la llave, así poder lavar nuestras manos. — Creí que llevabas a tu hermano a la escuela.
— No quiso que lo llevará, además, dice que ya no es un niño.
— ¿Cómo se tomó lo de vivir aquí?.
— Pésimo. — abrí la llave y fui la primera en lavarme las manos. — Quiero creer que solo serán un par de semanas, recuperar la casa de Encino, quizá los problemas con él mejoren.
— Lo que le falta a tu hermano es distraerse, deberías convencerlo en unirse a Cobra Kai. — dejé espacio para que ahora se las lavara él. — El karate ayuda para despejar la mente de los problemas. A mí me ayudó a despejarme de lo que había en casa.
— ¿Qué tipo de chico solías ser cuando eras adolescente?. — cuestioné interesada.
— ¿En serio quieres saber?. — cerró la llave y se colocó frente a mí sonriendo levemente, después soltó una pequeña risa irónica. — No querrás saber cómo era. Tu hermano es un mejor adolescente del que yo era, con eso te respondo tu pregunta.
Podía imaginarme cómo era, al menos un poco, era el típico adolescente brabucon. Caminamos para entrar cada quien a su respectivo departamento.
— Por cierto... — mencionó antes de abrir su puerta el rubio. — Olvídalo. Que tengas un buen día.
Solo me dejó en duda. Sin problema, entre a mi departamento, buscando la manera en poder ayudar a mi hermano, lo más difícil era que se dejara a yo idear.
[...]
Cuando creí estar en paz en la escuela, el estúpido de un tal Demetri chocó conmigo, me volteé ligeramente para empujarlo contra la pared, de inmediato se acercó Kyler con Brucks.
— Oye amigo, tranquilo. No fue mi intención hacerte algo. — mencionaba el de ojos azules. — Te lo juro, hermano.
— Solo no me llames hermano.
— Claro. Aarón no será amigo de un perdedor. — comentó Kyler en burla a Demetri. No era necesario decir eso, ni yo lo pensaba decir. — Ahora. ¡Vete!.
Era increíble ver cómo todos le tenían miedo a un idiota que era muy fácil de vencer, yo mismo podía acabar con él, pero me había brindado su amistad cuando nadie más lo hizo aquí, por lo que debía de guardar mínimo un respeto, aunque no se lo merecía.
— Aarón. — me dí la vuelta y era Miguel.
— ¿Qué quieres, Rea?. — preguntó Kyler por mí, ni siquiera le interesaba a él. — No ves que iremos a saltarnos una clase.
— Kyler, me ha hablado a mí...
— Te recuerdo quienes son tus amigos, si prefieres a ese perdedor...
— No estoy eligiendo a nadie, solo me quiere decir algo. — dije.
— Que lo diga frente a nosotros. — Kyler pasó su brazo por mi espalda para recargarlo en mi hombre del otro lado. — ¿O no?.
— No le diré nada frente a ustedes, solo le puedo decir; busca otros horizontes. — dicho eso se fue.
¿A qué se refería con eso?. Era la hora del almuerzo y seguía pensando en lo que mencionó Miguel, lo más probable era que se refería al tipo de "amistades", si se puede llamar así, que yo tengo. Pero, este grupo era popular, de todos modos, no me quedaba mucho tiempo para pertenecer a ellos, en cuanto se enteren en la pocilga de edificio que vivo, me van a botar a la mesa de los perdedores.
— ¿Qué tal?. — Sam se sentó a mi lado.
— Oye, creo que no debes hablarme cuando estemos solos. — dije. — No quiero tener problemas con Kyler.
— Somos amigos, eso es todo. Quería invitarte de nuevo a mi casa, mi padre tiene una sorpresa para tí.
¿Una sorpresa para mí? No tenía idea de lo que podría hacer.
— Cuenta conmigo.
— Creo que te va a gustar mucho. ¿Le avisarás a tu hermana? También quería que ella fuera, aunque no sé si tenga un trabajo o tenga cosas que hacer.
— ¿Es necesario llevarla? Es que... bueno... ella está trabajando. — eso no era cierto, pero no quería que fuera. — Así que, solo iré yo.
— Por eso te pregunté antes, no hay problema, mandaré un mensaje a mi padre en un rato.
— ¿Robándome a Sam, Aarón?. — llegó Kyler.
— ¿Qué? Para nada. Sam y yo solo somos amigos, los dejo solos. — mostré una sonrisa antes de irme.
Era un estúpido adolescente, me ponía nervioso frente a él, no era por miedo a qué me golpeara, estaba seguro que le partiría la cara, pero le tenía más miedo al rechazo.
En mente seguía teniendo: "Busca nuevos horizontes". Solo me quedaba esperar esa sorpresa del padre de Sam, Daniel LaRusso.
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ꜱᴀʏ ʏᴏᴜ ᴡᴏɴ'ᴛ ʟᴇᴛ ɢᴏ // Jᴏʜɴɴʏ Lᴀᴡʀᴇɴᴄᴇ.
Romance𝙿𝚘𝚛 𝚞𝚗 𝚖𝚘𝚖𝚎𝚗𝚝𝚘 𝚘𝚕𝚟𝚒𝚍𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚜𝚘𝚢 𝚖á𝚜 𝚟𝚒𝚎𝚓𝚘, 𝚎𝚜𝚝𝚘𝚢 𝚝𝚊𝚗 𝚎𝚗𝚊𝚖𝚘𝚛𝚊𝚍𝚘 𝚍𝚎 𝚝𝚒 𝚢 𝚎𝚜𝚙𝚎𝚛𝚘 𝚚𝚞𝚎 𝚜𝚎𝚙𝚊𝚜, 𝚝𝚞 𝚊𝚖𝚘𝚛 𝚟𝚊𝚕𝚎 𝚖á𝚜 𝚚𝚞𝚎 𝚎𝚕 𝚘𝚛𝚘. 𝚃𝚎 𝚟𝚘𝚢 𝚊 𝚊𝚖𝚊𝚛 𝚑𝚊𝚜𝚝𝚊 𝚚𝚞𝚎 𝚖𝚒...