ꜱᴀʏ ʏᴏᴜ ᴡᴏɴ'ᴛ ʟᴇᴛ ɢᴏ // Jᴏʜɴɴʏ Lᴀᴡʀᴇɴᴄᴇ.

𝓒𝓪𝓵𝓲𝓯𝓸𝓻𝓷𝓲𝓪 oo1

— Te soy sincero, ya no recordaba como era la casa. — comentó mi hermano una vez que entramos. Esta casa me traía tantos recuerdos, aquí vivimos los tres primeros años de vida de mi hermano y veníamos en vacaciones de verano, justo antes de que mi padre muriera. — ¿Recuerdas la vez que casi me ahogaba en la piscina?.

— Como olvidarlo, me culpaste de eso. — empezó a reír. — ¿Tienes hambre?.

— Es obvio que si, el viaje fue súper largo. Pero no te preocupes, voy a mi cuarto a acomodar mis cosas y pido una pizza. — se detuvo frente a la chimenea y tomó una foto, me acerqué a él y pude apreciar que en esa foto salíamos los cuatro. — Daría todo por volver a tener una foto así.

En el 2010 un idiota nos arrebató la vida de nuestro padre, con él se fue una parte de nosotros. Y justo el año pasado, mi madre perdió la batalla contra el cancer, he quedado a cargo de mi hermano, ha sido muy difícil para nosotros incluso mudarnos de Sinaloa a California. Mi hermano subió con su equipaje a su cuarto.

No tenía idea de qué estás fotos existían, ya no las recordaba, mi tía que vive a unas casas de aquí se ha encargado de mantener la casa en buen estado. Escuché el timbre de la entrada, debe ser ella.

— Hola tía. — me alegraba volver a verla después de muchos años, seguía igual de joven. Era la hermana menor de mi padre.

— Que hermosa y que grande estás, mija. — me tomo de los hombros y sonrió. — Vengo por tu hermano y por ti para darles la bienvenida en mi casa.

— Ahorita mismo vamos, deja voy por Aarón.

Subí al cuarto de Aarón, estaba sentado en su cama observando el regalo que mi padre le dejó el día de su cumpleaños número 8, el mismo día en que lo mataron. Es por eso que a mi hermano no le gusta celebrar su cumpleaños ese día, prefiere celebrarlo una semana después, ese regalo no la ha abierto, ni él ni yo sabemos que es lo que tiene dentro. Cerré lento la puerta y toque para que no sospechara que lo he visto.

— Pasa. — abrí la puerta y entre, el regalo ya estaba en la repisa. — Debe ser mi tía, ¿cierto?.

— Así es. ¿Qué dijimos sobre hablar español?. — no le costaba trabajo, desde muy niños hemos ido a escuelas bilingües. — Baja, iremos a su casa para comer.

— Okey. — respondió no muy conforme. — ¿Qué hay de mi pizza?.

— La podemos pedir para cenar, anda.

[...]

Nos recibieron sus dos pequeños hijos y en unos minutos salió Omar el mayor con su celular.

— Por un momento deja esa cosa, Omar. — le llamó la atención mi tía. — Tomen asiento, en unos minutos llega Louie.

Supongo que se refiere a su nueva pareja, pues mi tío se llama Pablo y no lo veía por ningún lado, no quise preguntar aunque quería saber.

— Omar nos comentó que ustedes hablan en idioma "taco". — comentó inocente mi primo Oscar de 6 y Omar empezó a reír. Mi tía se fue a la cocina sin escuchar. — Me interesaría a mi aprender ese idioma.

— Pues si hablamos en ese idioma como dice el estúpido de tu hermano, él también lo habla que no se haga pendejo, nació en México también. — ya no dijo nada Omar. — Por eso siempre me caíste mal.

— Pues no sé qué haces en mi casa.

— Tú madre nos ha invitado, créeme que eras más agradable cuando tenías 10 años. — se cree americano, pero los únicos americanos son sus dos hermanos. Mi tía puso chiles rellenos y spaghetti al centro de la mesa para servirnos.