Me tiemblan las piernas al ver avecinarse un cambio a la vuelta de la esquina. No puedo sostenerme en pie y caigo. Alzo la mirada y me levanto. Acto seguido vuelvo a caer.
La situación se repite hasta conseguir que, después de muchas caídas, la perspectiva cambie.
Ahora la esquina es una curva abierta a la cual convertiré en recta. Serán los temblores de mis piernas las que marquen el ritmo de cada uno de mis pasos, y las caídas no serán caídas si al tropezar doy un paso doble y comienzo a bailar.
Camino hacia ese cambio con la barbilla apuntando al cielo y anclando el talón en cada zancada. Saber ver diferentes posibilidades y no ofuscarse en la reiteración de lo incorrecto. Porque es la suma del valor y optimismo lo que nos hace ver las cosas de manera diferente, lo que nos hace ser una personas resilientes.
Resiliencia: "capacidad para adaptarse a las situaciones adversas con resultados positivos."