2. Evidence

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- Buenas noches ¿a dónde lo llevo? -

Seguía atónito por lo que había pasado hace unos segundos, no se encontraba la voz.

- Joven, necesi...- Louis lo cortó, el nerviosismo se notaba en su manera de hablar - Solo avance, aléjese de aquí - el conductor asintió con un gesto y arrancó el auto.

El alcohol había desaparecido por completo de su sistema. Quería golpearse contra la ventana por lo que había hecho. Fue tan impulsivo.

Sacó su teléfono y vio todas las llamadas perdidas por parte de la más grande de sus hermanas. Le marcó de vuelta.

- Lou, al fin ¿Dónde estás? - Lottie había estado muy preocupada todo este tiempo.

- Voy camino a casa, tomé un taxi - titubeaba un poco al hablar.

- ¿Estás bien? -

- Si, solo llame para... - ¿para que había llamado? Ni siquiera él lo sabía, simplemente es que estaba sorprendido por lo que había pasado y quería escuchar alguna voz familiar. - Para avisarte que ya estoy cerca, ve a dormir -

- Vale Lou, con cuidado. Estaré en mi habitación, ven a verme cuando llegues -

- Si, descansa -

La llamada se cortó y Louis soltó un suspiro. Se dirigió al conductor para indicarle la dirección.

Diez minutos después, estaba fuera de la residencia.

Pagó el taxi y atravesó el jardín hasta llegar a la puerta principal.  Abrió y debido a la hora toda la planta baja estaba vacía. Subió a la habitación de Lottie, quien aún seguía despierta.

- Lou, llegaste ¿Cómo te fue? ¿Por qué no respondías mis llamadas? Nos dijiste a Fizz y a mi que irías al club para que alguien te trajera, estábamos...-

Louis se acercó a ella, realmente se había preocupado mucho por su hermano - Shhh, tranquila Lotts, estoy bien. Estoy aquí - la abrazó, un abrazo lleno de cariño y tranquilidad que ambos necesitaban.

- Lo lamentó, es solo que tenía miedo de que algo malo pudiera pasarte, es muy tarde para que andes en la calle tú solo - las lágrimas habían inundado sus bellos ojos azules.

- Lo sé, tranquila. Nada pasó y nada pasará, siempre volveré con ustedes - le dijo acariciando su rubio cabello.

Se separaron y la chica limpió las lágrimas de sus mejillas.

- Es muy tarde y no has dormido nada por culpa mía. Te dejaré para que descanses - el ojiazul caminaba hasta la puerta de la habitación.

- Si. Descansa Louis, te quiero - le dedicó una bella sonrisa.

- También te quiero Lotts - salió de la recámara y cerró la puerta.

Avanzó por el pasillo y llegó a la suya. Entró y se tiró en la enorme y cómoda cama. La oscuridad lo envolvió, trayendo consigo la ola de recuerdos sobre aquella noche.

- Maldita sea. Vale Louis, tranquilízate - hablaba para si mismo con la mirada fija en el techo - Es  noventa y nueve porciento probable que jamás vuelvas a ver a ese chico en tu vida además, nadie lo vio y él no sabe quien soy. Si, eso es. Seguro es un Don nadie. Nada de que preocuparse, la gente importante no va caminando por la calle solo en la madrugada. Vale, nadie tiene que enterarse de eso si yo no digo nada. Si. Lo qué pasa en Las Vegas, se queda en Las Vegas - sus raras conclusiones lo tranquilizaron un poco, pues en parte era cierto, aunque la parte más importante no lo era. Pero eso lo descubriría hasta el día siguiente muy temprano.

Oops! I Fell For The Mafia Man || LS.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora