8. 「𝗦𝗲𝗴𝘂𝗿𝗶𝗱𝗮𝗱」

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Nada ni nadie podría quitarte la sensación de mirar sus ojos y enamorarte


Sentía una increíble comodidad, sobre todo se sentía seguro. Su piel rozando con las sabanas que aún lo tapaban, la fuerte escencia masculina inundando sus fosas nasales.

Alto, ese no era su perfume

Abrió los ojos rápido, se alteró cuando sus cinco sentidos estuvieron despiertos y noto que donde estaba era un lugar totalmente desconocido, no sabía dónde dormía y aún así se hiso ovillo debajo de las sábanas como si fuera el único lugar seguro, tapo su boca tratando de calmar los hipidos que amenazaban con salir, sintió su corazón golpear fuerte y el sudor frío aparecer por todo su su piel. Estaba asustado, demasiado

—¿Yibo?— el chico entro con un vaso de agua y se acercó al verlo de aquella forma cuando hace unos minutos dormía como angel

Cuando lo destapó el otro pego un pequeño brinco, Zhan se sintió inmóvil cuando vio al menor de aquella forma, parecía un gatito asustado y desconfiado de todos, se sentó lentamente sobre la cama hasta que el otro relajo el entrecejo y saco la mano de su boca, sentándose despacio.

Cuando parecía que estaba un poco más tranquilo pudo ver de reojo como sus manos aún temblaban un poco, no sabía muy bien que hacer pero un poco de impulso fue suficiente para tomarlas entre las suyas como si tuviera una figura de cristal. Lo hiso con bastante cuidado para que el otro confiara, cerro los ojos y comenzó a respirar profundo repetidas veces. Y Zhan supuso lo que había pasado.

—Esta bien, estoy aqui— lo pronunció de manera tranquila, relajando su cuerpo poco a poco

Después de unos minutos en los que se permitió acariciar con cuidado sus manos, Yibo dejo de temblar y su respiración volvió a la normalidad, ahora sentía un poco de vergüenza. Aún más cuando los recuerdos de la noche anterior comenzaban a llegar

—Siento mucho lo de—

—Primero toma esto— le tendió la caja de pastillas y el vaso —no caerá tan mal la resaca con esto— sonrió un poco

El castaño observo la medicina y tomo lo que se le ofrecía, Zhan se levantó y abrió un poco las cortinas dejando entrar el calor del sol, un día despejado se veía detrás de la ventana. Wang tomo la pastilla y se giró hacia el mayor

—Me siento muy apenado— dijo, cabizbajo

—Ahora estamos a mano— Zhan volvió hacia el

—Pero es distinto, hiciste mucho mas— fue un tipo de reclamo —muchas gracias—

Zhan observo el pequeño sonrojo, sobre todo destacando en la punta de sus orejas, tomo asiento una vez más y se acercó para poder examinar su rostro, tomándolo por el mentón para que le viera directamente. Sus ojos de almendra, finos y perfectos, una nariz prominente y recta, las hebras de su cabello despeinado cubriendo parte de su frente y una piel bien cuidada. Sintió el escalofrío recorrer toda su columna, cuando su mirada profundizó con la del menor pudo ver aún la duda en ellos, no quería ser precipitado y en realidad el también tenía sus dudas, pero reconocía el sentimiento.

—Con un gracias me bastaba Yibo— alejo su mano y sonrió, como aquella que vio cuando se conocieron.

En cambio, Yibo no lo sabía o más bien no lo comprendía, pero cuando se sintió tan diminuto y al instante de reconocer el rostro de Zhan todo volvió en calma, sabía que cualquier otra persona que hubiera sido sería difícil de tratar aquel ataque de ansiedad pero con el pudo sentir la seguridad. Aquello se sentía bien y las veces que había deseado verlo sin querer se juntaban cada vez más, el cosquilleo en sus manos cuando las tomo aún se sentía fresco sobre su piel y teniéndolo tan cerca la respiración se aceleró, pero esta vez se sentía bien.

Las consecuencias de amarnos [𝘠𝘪𝘻𝘩𝘢𝘯]PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora