Capítulo VI

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- Mátalo, mátalo ahora Nebiros. – Dije presa del pánico, las lágrimas surcaban mi pequeño rostro. – Mátalo, por favor, mátalo y luego nos vamos de aquí Nebiros, por favor. – suplique, mientras me agarraba fuertemente a la cintura de Nebiros. Siobhan sonrió.

- El guardián de las puertas del infierno, obedeciendo las órdenes de una pequeña bruja. – Siobhan soltó una cargada, mientras penetraba con los ojos a Nebiros, que hasta ese momento no había bajado la espada, ni había dicho nada.

- No creo que sea de tu incumbencia. – Dijo, Nebiros tranquilamente.

- ¿Y qué me haras Guardián? – Preguntó Siobhan.

- Matarte. – Dijo. Nebiros con su monótona voz, Siobhan soltó una carcajada aún más fuerte y luego poso su mirada sobre mí.

- Despídete de tu querido Nebiros, y tu Nebiros despídete de esa mocosa.- Dijo Siobhan con una sonrisa en su rostro, mientras desenfundaba una espada.

- Evanna corre, corre y no te detengas.- Nebiros giro y me tomo de los hombros, y me entrego el cráneo, para abrir las puertas del infierno. – Corre y pase lo que pase
no te regreses. – Aquello me dejo helada. Nebiros me empujo y luego se giro para enfrentarse a Siobhan.

Aquello no me cuadraba nada bien, pero obedeci a Nebiros y salí corriendo a través del bosque.

Detrás de mi escuche los gritos de dolor de Nebiros, por un momento quise volver a ayudarlo, pero no podía ayudarlo, yo tenía que hacer lo que Nebiros me había pedido, por mi bien y por el del mismo.

Sueños de una nigromanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora