Capítulo 7

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El viento mañanero hace volar mis cabellos rubios. La mayoría atado a trenzas, pero los mechones salidos flotan con la brisa. La caravana se mueve en un silencio sepulcral, solo siendo interrumpido por los cascos de los caballos en la nieve. Están pintados de rojo, espirales recorriendo su cuerpo y cubriendo su color natural. El mío de un blanco pulcro, hace que el rojo resalte aun mas.

Con cada paso de los cascos mi corazón se acelera aun mas. Nos dirigimos al campamento Azgueda, a la guerra. Una parte de mi esta ansiosa de volver a ver a Roan. Ya ha pasado un año desde la ultima vez que lo vi y tengo que confirmar con mis ojos que aun esta vivo y bien. Bueno, tan bien como se puede estar durante la guerra. 

Otra parte de mi esta emocionada también de volver a ver a bruja amargada, quien dirige y esta a cargo del campamento. No me malinterpreten, solo estoy emocionada de poder volver a jugarle bromas. Nomon me advirtió que no seria posible, y que tendría mejores cosas de las que preocuparme.

Por último, una sensación de malestar me invadía, después de todo, estaba yendo a la guerra. Tal vez no regrese jamás al castillo, daré lo mejor porque si. Me aterra la idea de no sobrevivir a la batalla, de haber entrenado tantos días y noches para nada, para ser descuartizada en el momento en el que ponga un pie en el campo de batalla. Si Roan estuviera aquí me diría que soy una buena guerrera, que no debería preocuparme. Pero el no esta, así que debo darme apoyo yo misma.

Nuestro general le grita a unos niños cotilleando detrás de mi que se callen.  Porque somos eso, niños. La edad ha sido reducida y ahora todos los que cumplan doce, deben alistarse. No es que sea problema, todos han sido entrenados desde bebes. Yo llevo mucho menos tiempo que ellos en esto, sin embargo soy de las mejores. La mayoría lo reconoce, algunos intentan hacerme quedar mal solo por envidia.

Levanto mi barbilla en superioridad. Intento no revelar el revuelto de emociones en mi cabeza. En el Arka, mi única preocupación era encontrar un nuevo libro y que juego jugaría para entretenerme ese día. Mientras que aquí, en el suelo, ruego no ser asesinada. Aunque aun así lo prefiero. Cada día es una nueva aventura, algo nuevo por descubrir. Cada día debes sobrevivir. Tal vez algún día, pueda vivir.

El olor a humo invade mis fosas nasales, advirtiéndome de nuestra cercanía al campamento. Comienzo  a oír los murmullos de múltiples conversaciones. Los demás niños murmuran entre ellos, pero mantengo mi profesionalidad, mi expresión estoica. Los nervios estrujan mi estomago, demostrándome lo nerviosa que me encuentro. Tomo aire profundamente, aquí vamos.

El campamento encuentra mi vista. Un amontonaje de carpas, hombres, mujeres, niños y armas. El olor a muerte no falta. A lo lejos distingo una tienda enorme que debe ser el hospital. Escaneo el lugar, intentando hacer un mapa mental para no perderme. Diviso una tienda mas grande que las demás, allí se debe encontrar bruja amargada.

Las personas van y vienen en sus actividades diarias. Busco a Roan entre la multitud, pero sin éxito. Continuamos avanzando hasta llegar a las puertas del campamento. Bajo de mi caballo y lo dejo a cargo de las personas que les han asignado dicha tarea. Mi baja estatura no me permite ver mas allá, aun así intento buscar con la vista a mi hermano. 

De repente una voz demasiado conocida me saca de mis pensamientos.- Bienvenidos, jóvenes reclutas.- Ughh, no importa que halla pasado un año, aun odio con toda mi alma a esta mujer. Me doy la vuelta y pego un respingo. Nuevas y grotescas cicatrices adornan el rostro de bruja amargada. Comienzo a pensar que se las hace ella apropósito.

Tan pronto como el horror cubre mi rostro, vuelve a su expresión neutra. Algunos de los otros niños lucen aterrados. Idiotas, así serán blancos fáciles. Las comisuras de los labios de bruja amargada se elevan, parece divertida ante el terror que causa. No, lo disfruta. Maldita y desgraciada mujer, en verdad no tiene nada mejor que hacer que causar pánico y amargarnos la vida a otros.

Skai PrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora