Capítulo 9

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Gotas de sudor bajan por mi espalda. El calor aquí es abrazador, pero me niego a quitarme mi abrigo de piel. Intento concentrarme en el deslumbrante paisaje totalmente nuevo para mi. Esto es lo que llaman bosque, o al menos eso me dijeron en el Arka. Azgueda es un bosque nevado, un bosque completamente blanco. Mientras que Trikru posee una diversidad de verdes infinita. Todo es tan nuevo, quiero captar lo mas posible y grabarlo en mi memoria.

Sin embargo la inquietud no nos abandona. Hacia tanto que ningún Azgueda pisaba el territorio de los del bosque, sin tener en mente una guerra. No podría ser mas equivocado, venimos a sellar la paz. Mas específicamente, a Polis. La capital, donde personas de todos los clanes viven en paz. Y mas importante, donde reside la comandante. Los nervios me invaden de pensar en lo que se vendrá dentro de unas horas.

Todos los lideres de los clanes nos reuniremos en Polis, para jurar lealtad a la comandante y a la coalición. Estaré entre personas que meses atrás eran mi enemigo. Mama dice que debemos ser amables e intentar llevarnos bien. Yo solo dije que lo intentaría, porque como de que suceda, es algo muy improbable. En especial con Trikru, que la guerra acabase no quiere decir que no les guarde resentimiento.

Miro hacia mi izquierda, donde Ontari se encuentra cabalgando. Ella es una natblida, y se quedara entrenando con Heda. Es tan solo un año menor que yo, pero hemos entrenado juntas y es bastante buena. Aunque claro, jamás le he dejado ganar. Eso si que no. Cuando un comandante moría y su espíritu debe elegir el siguiente, todos los clanes peleaban por de cual seria el siguiente. La actual comandante es de Trikru, sin embargo ha habido al menos uno de cada clan.

Heda ha declarado que todos los clanes debían llevar a sus natblidas a Polis, así serian entrenados por ella y su fleimkeepa. De esa manera, ninguno ser entrenado con la mentalidad de que algún clan es mejor que otro. Por lo que nomon me ha dicho, Ontari es la mayor de los novicios que se unirán a Heda, lo que casi asegura su ascenso como comandante en el futuro. En lo personal me importa muy poco de que clan venga el o la comandante, mientras quiera mantener la paz tendrá mi apoyo.

Doblamos en unos arboles y la ciudad aparece en nuestra vista. Aun estamos bastante lejos, sin embargo la torre tan alta y grande se ve a kilómetros. Humo negro sale de su techo, y el edificio redondeado lo hace parecer una vela gigante. Me rio de lo que pienso e intento imaginarme como será vivir allí. Si vivirán guerreros, mercaderes o solo campesinos. Como será vivir en paz entre todos los clanes, ya que ellos lo han hecho desde el inicio.

Continuamos nuestro camino y vuelvo a sumergirme en mis pensamientos. Luego de la cumbre la paz reinara y la guerra habrá acabado. ¿Y luego que? Entrenamos, estamos con la familia y nada mas. No es que me queje, mejor que la guerra lo es. Pero la acción habrá acabado. Tendré que buscar nuevas actividades. Tan inmersa como estoy en mis pensamientos, no me doy cuenta que es Roan quien toca mi hombro, por lo que tomo su brazo y saco mi daga, colocándosela en el cuello. La maniobra me hace casi caerme, pero me sostiene a tiempo.

-Hey, tranquila. Solo soy yo, strisis.- Me dice entre asustado y divertido por mi ataque sorpresa.

-Lo siento.- Guardo la daga y me acomodo en mi caballo.- Estaba pensando.

-Pues baja un poco la guardia quieres. Un día de estos asesinaras a alguien así.- Me dice tocándose el cuello donde segundos antes estuvo mi daga.- ¿Y que es lo que esa cabecita loca piensa?

Me rio.- Nada, solo en que haremos cuando volvamos a casa.

-¿Como eso?- Me pregunta extrañado.

-Si, ahora que la guerra acabo, que haremos. ¿Seguiremos entrenando? ¿Iremos a cazar? ¿Haremos amigos? Eso, que haremos para entretenernos y no morirnos del aburrimiento.- El se ríe por mi drama.- ¿Que?- Le pregunto enojada.

Skai PrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora