CAPÍTULO VII

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Dieciocho años en el pasado

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Dieciocho años en el pasado.
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Min YoonGi no había podido entender por qué le había tocado esta vida. Una vida llena de muerte y miseria; sangre, codicia y odio.

YoonGi había sido —desde su infancia— un niño brillante, dotado de un intelecto que asombraba a los adultos a su alrededor y asustaba a sus propios padres; una pareja indiferente y ausente. A los padres de YoonGi nunca les interesó que su pequeño hijo haya resultado un genio, pues era inútil si nada podía aportarles… su brillante cerebro no iba a devolverles la vida que desperdiciaron al tenerlo.

Él creció sabiendo que nunca fue deseado ni querido por sus padres. Éstos recalcándole que les había arruinado la vida, y que mientras menos les causara problemas… mejor. Entonces un día, todavía siendo un niño muy pequeño, huyó de casa, sin rumbo, dejándole su camino al destino. Lo que sea que le deparara.

YoonGi sobrevivió en las calles desde los siete años hasta los diez, cuando se topó con una mujer que le regalaría su primera comida en días y le ofrecería un techo donde quedarse.

Esa mujer había sido la madre de JungKook.

YoonGi únicamente había aceptado la comida, rehusándose a quedarse en hogar ajeno cuando su instinto punzaba en su pecho y le decía que no debía confiar tan pronto en nadie. Pero YoonGi no sabía que el instinto o las corazonadas no tenían nada que ver esta vez, y simplemente era su corazón herido desconfiando de la nobleza ajena; pues él, no sabía que existía.

YoonGi se vio a sí mismo regresando donde la mujer, quien siempre le esperaba y recibía con una cálida sonrisa y un almuerzo caliente. Todos los días algo diferente, y si no lo era, a él no le importaba, su estómago estaba más que agradecido.

Nunca pronunció una palabra, todavía ansioso y temeroso, y la mujer pareció entenderlo. Ganarse la confianza de un niño que parecía haber pasado por mucho no iba a ser fácil, pero un día, YoonGi llegó más temprano que de costumbre. El hambre obligándolo, y ella no pudo contenerse más.

  —¿Por qué un niño como tú mendiga en la calle? ¿Y tus padres? —la mujer de cabello largo y castaño le miró con curiosidad, sonriendo al ver cómo YoonGi tragaba el sándwich de atún que se le había sido ofrecido esta vez.

Ella realmente no esperaba una respuesta, pues el muchacho nunca le miraba a los ojos por más de un segundo, y tampoco se quedaba demasiado, huyendo con el bocado todavía en la boca y el resto de comida en sus manos. Sus pies maltratados y descalzos corriendo por la tierra en su marcha.

EL LOBO DE CRAVYTIAN. (KookTae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora