Capítulo 5: El viaje a Hartford

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Lunes - *Narra Mike* - Norwalk High School

Eran las ocho de la mañana. Los elegidos nos encontrábamos en frente del autobús mientras esperábamos a los profesores, que estaban hablando con el director. Todos estábamos emocionados. Iba a ser una de las mejores experiencias escolares que habíamos vivido nunca. Era fantástico.

Los profesores llegaron y todos subimos al autobús. Ellos también estaban nerviosos, pero a la vez emocionados. Era increíble pensar que habíamos pasado de fase entre todos los alumnos de Norwalk, la sexta ciudad más grande del estado.

Esta vez tenía las esperanzas un poco más bajas que de costumbre, ya que había muchos más alumnos. Posiblemente lo tendríamos crudo, pero no perdíamos nada al intentarlo. Todos daríamos lo mejor posible para intentar pasar de fase y si no pasábamos, estaríamos orgullosos de haber llegado tan lejos nosotros solos.

El autobús arrancó y el nerviosismo invadió mi cuerpo. Estaba sentado al lado de Salomón y Ayleen al lado de Sophia. James estaba al otro lado del pasillo para estar cerca de Sophia. Salomón y yo estuvimos hablando la mayoría del rato, hasta que vino Ayleen y se me aproximó. Ella parecía enfadada, pero lo disimuló con su voz serena e indiferente.

Ayleen: ¿Has hecho la narración, tal y como te pedí? -dijo mientras Salomón se callaba.

Mike: No. - respondí serenamente.

Ayleen: No quiero que nos descalifiquen, por lo que ya estás tardando en escribir.

Mike: No me das órdenes. No eres más que uabugaboeoi. - Me travé. Mi intención era decir "no eres más que una artista desquiciada", pero no me salió.

Ayleen: Es por eso que tienes que practicar la lengua, ¿por qué te eligieron exactamente? - respondió en tono burlón. Salomón no aguantó más y me defendió.

Salomón: ¡Déjalo en paz, maniática! - le contestó.

Ayleen: ¡No hablo contigo señor Einstein! - respondió con ira. - ¡Mike, haz lo que te digo o nos descalificarán!

Mike: ¡No! ¡Confío en mis habilidades de escritor! - grité con fuerza. James y Sophia, que estaban hablando, se giraron. Nos miraron extrañados y Ayleen regresó con ellos. Tras la pelea, le di las gracias a Salomón por defenderme. Ya me había hecho amigo suyo. Su serenidad y su confianza me asombraban, además él no me criticaba por mis espaldas, como estoy seguro de que otros hacían (Ayleen).

*Narra Salomón*

No entiendo a los de décimo curso. ¿Qué les ha pasado a Ayleen y a Mike? ¿Por qué se han peleado? Desde luego tienen que madurar. Yo he defendido a Mike porque es el único al que me acerqué y porque me caía bien.

En fin. El viaje pasó lenta y aburridamente. No me malinterpretéis, me gustaba hablar con Mike, pero había momentos en los que había silencios incómodos. Él hablaba de sus cosas y yo me las intentaba tragar para no parecer maleducado. Ya tendría tiempo para pensar en mis cosas. Las carreteras de Connecticut eran bastante rectas, pero empecé a sentir náuseas durante una parte bastante curvada. Mike parecía aguantarlo bien, aunque también noté que su piel se volvía de un tono mucho más pálido que de costumbre.

Las señales de Hartford cada vez se hacían más evidentes y el tráfico aumentaba. Mike casi se queda dormido mientras yo miraba por la ventana. Los pocos rascacielos de la ciudad daban la bienvenida a turistas, trabajadores y elegidos para un concurso infantil de pruebas para comprobar de una vez por todas si el sistema educativo americano funciona.

La verdad es que sentía un poco de pena por Hartford. Era la capital del estado, pero era la cuarta ciudad más poblada del estado. Era superada por Bridgeport y Stamford, ciudades de nuestro condado. Da risa que sea capital pero no tenga la mayor población.

Las Pentapruebas [ES]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora