Capítulo 6: Esperanzas

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*Narra James* Una semana después

Una nueva mañana empezaba. El sol brillaba mientras yo me levantaba de la cama. Miré mi móvil para saber qué hora era. Las siete de la mañana del viernes. Al fin el último día de la semana, ¡que ganas de fin de semana!

Tras alegrarme, fui al cuarto de baño y me duché. Era muy pronto y me ayudó a despertarme. Bajé a desayunar mientras mi madre escuchaba las noticias. Me senté en una silla tras coger los cereales y la leche.

Mensajeé a Cristina con un "buenos días, ¿crees que habrá noticias sobre las Pentapruebas?". Ella todavía no estaba en línea, por lo que dejé mi móvil a un lado mientras seguía desayunando. Pronto una vibración se produjo mientras dejaba mi bol en el fregadero.

"Ya verás que sí" respondió. Sus mensajes estaban llenos de felicidad que no podía evitar que me contagiase un poco, como si comiera una tostada con un poco de miel. Ella ponía toda la dulzura que necesitaba en mi vida con tan solo unos mensajes. Cristina me alegraría todos mis días con tan solo verla sonreír un poco cada día. Algún día reuniré el valor que me hace falta para declararme.

El autobús llegó y yo salí a la calle para cogerlo. Salomón estaba allí y yo le saludé, como hacía cada día desde que le conocía. Él, por su parte, me devolvía el saludo, pero se notaba que no le importaba lo más mínimo. Llegamos a casa de Cristina y ella salió. Yo la saludé a través de la ventana y ella me correspondió. Llegó al autobús y se sentó a mi lado. Los dos empezamos a hablar. Esta vez no se mostraba tan distante, sino más bien todo lo contrario, un poco más cariñosa. De pronto, a Cristina le vibró el móvil.

Cristina: Perdón, es Ayleen. Está enfadada con sus padres porque creen que es una artista pésima. Lleva toda la noche mandándome mensajes que he tenido que ignorar para no pasarme toda la noche en vela.

James: ¿Está enfadada?

Cristina: Bueno, supongo que esperaba apoyo por parte de sus padres. Yo estoy de su lado, es normal que quiera seguir sus sueños y sus padres deberían apoyarla, ¿no crees?

James: Supongo. - dije, dudando un poco. A ver, no me malinterpretéis, pero tal vez le habían dado algún motivo razonable para que se lo pensara mejor. Además, hay artistas por doquier, y dudo que ganen demasiado.

Cristina: ¿Crees que no debería seguir su sueño?¡Eso es muy desconsiderado por tu parte! - dijo con tono acusador. Yo me acobardí un poco, pero a la vez compartí mi punto de vista.

James: ¡No es eso! Solo que no sé si es buena artista. Para empezar no he visto ningún dibujo suyo. Tampoco sé si los artistas ganan mucho dinero. Creo que sus padres tienen razón. Es arriesgada esa profesión, pero si ella quiere, ella puede decidir.

Cristina: Tienes razón. Tal vez sus padres no quieren que acabe en la calle ¿Debería decírselo?

Yo negué con la cabeza. Con lo que nos había costado que Ayleen se abriera a uno de nosotros. No debíamos perder su confianza. Llegamos al colegio, donde todos los alumnos desfilaban lentamente.

*Narra Salomón*

Bajé del autobús con paso ligero mientras miraba a mi alrededor. Fui a buscar a mi grupo de amigos y entramos juntos a clase. A primera hora teníamos historia, con una profesora que se dedicaba a decir "¡Lee Fulanito!" y a mandar ejercicios.

Curiosamente, antes de entrar a mi segunda clase del día, el señor Williams vino a buscarme con una enorme sonrisa en su frente. Él me llevó hacia la sala de profesores, donde supuestamente la entrada estaba prohibida para los alumnos.

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⏰ Última actualización: Jun 12, 2021 ⏰

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