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El hijo de Robin, Yoongi, se escondía en una casita en la ciudad de Leonor, un pueblo en las acercas de Wallara, siempre fue todo muy pacífico y aburrido, la misma rutina todos los días y las mismas caras todos los días.
Yoongi estaba leyendo un libro sobre el ataque al Palacio Real de Wallara, casi todos los invitados murieron en el desastre, el Rey murió también, la princesa y el príncipe desaparecieron y el castillo ardió en llamas.
Pero ya pasaron tres años desde lo sucedido, el primo del príncipe salió al trono y se casó con la una noble francesa.
Nada volvió a ser lo mismo para Wallara pero se seguía adelante, los funcionarios asistían al Rey en sus decisiones y la Reina ahora espera a su segundo hijo.
El chico, mientras leía las páginas del libro, escuchaba los pájaros cantar afuera de su casa.
Se estaba escondiendo porque él era el hijos de Robin Hood, un ladron que se creaba su economía sólo, robaba a los ricos para dar a los pobres.
Yoongi antes no era reconocido entre las personas, su padre lo tenía escondido también a esos tiempos, pero después las guardias reales del ejército que tenían bajo control el país lo descubrieron y pusieron manifiestos con su cara por todo el país de Wallara, así que ahora el chico vive a Leonor para vivir una vida más tranquila.
Así creía.
Cinco segundos después de haber cerrado el libro tres guardias habían derrumbado la puerta de su casa y él tuvo que salir por la ventana a toda velocidad, empezando a adentrarse en el bosque.
Su cobertura había saltado de nuevo, era la segunda vez este año.
Escuchaba los perros y los caballos tras él y sintió su estómago empezar a doler por el cansancio, así que lo primero que se le ocurrió fue correr hacia la calle donde pasan los carruajes.
Efectivamente había uno que estaba pasando en ese momento, llevaba una montaña de heno, probablemente para dar de comer a los caballos.
Dos caballos estaban tirando al carro, uno negro y uno blanco, mientras caminando al lado de este había un caballo blanco con manchas negras, él los seguía tranquilamente.
Yoongi hace lo primero que le viene a la mente, se sube al transporte y se esconde entre el heno.
Pasan unos minutos y la voz de alguien lo coge por sorpresa.
“Ya se fueron, puedes salir” Yoongi no se esperaba que lo hubieran visto subir, pero en alerta salió y miró a los dos lindos chicos que lo miraban sonrientes.
“Mucho gusto fugitivo” Dice el chico de pelo negro con una sonrisa hermosa, el chico de cabello marrón en vez vuelve con los ojos hacia la calle.
“¿Quién sois ustedes?” Pregunta Yoongi, los dos simplemente se miran entre si y se sonríen.
