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Cenizo se encontraba preparando el desayuno para las reinas de la casa.
Faltaba poco para que llegaran al comedor y Cenizo estaba organizando la comida sobre las tres bandejas, buscando la disposición correcta para ordenar los platos.
Hoy había preparado camarones con arroz, un The de lavanda, uno de manzana, uno de Margarita, ensalada, pan apenas horneado y una salsa de tomate.
La campanita suena, quiere decir que las mujeres están listas para comer.
Jungkook se sentía de buen humor desde que supo que tendrá una oportunidad para ir al baile anque no estuviese convencido de que no pertenecía a la buena vida, saber que hiba a hacer algo diferente por lo menos una noche, lo excitaba mucho.
Llegando al comedor con la dos bandejas, ve a las mujeres super adormiladas, menos la Srta. Jennie, mientras las otras dos tenía ojeras de horror, sin nominar el hecho de que las dos seguían en pijama.
El pijama consistía en un vestido suelto blanco largo, que el único particular que tenía eran tres botones que empezaban desde el cuello, y ni llegaban a los senos, las mangas eran largas, casi transparentes, pero lo más extraño de todo es que ese tipo de ropa es un poco íntimo, nunca se dejan ver así.
Además de que ninguna de las dos tiene un peinado, simplemente tienen el pelo suelto y un poco desordenado.
Simplemente las ignoras, y sigue sirviendo la comida, haciéndose el que no vio nada.
“Estoy verdaderamente cansada, lo del baile no me ha dejado dormir” dice la Srta. Juliana, mientras hecha su pelo marrón hacia atrás, buscando de por lo menos ser presentable, anque consigue poco.
“Digo lo mismo” informa Mrs. Joanna, ella más que adormilada, tiene el seño muy fruncido, cómo si tuviera sueño y eso la enfadara.
Volviendo a la cocina, Cenizo coje la última bandeja y la lleva asta la Srta. Jennie, que parece la única que sigue con su vida como si nada.
Tenía puesto un vestido rojo, que era un poco pasado de moda, largo y suelto, con decoraciones doradas, cuello Oval simple, y las mangas largas, que da estrechas se hiban haciendo siempre más largas, asta que la mano no coincidía con la enorme tela, eran las mangas que lo hacían pasado de moda, pero a la chica le importa poco, del resto por el día no tiene que ir a ningún lado.
Le sirve a ella, pero antes de poder irse Mrs. Joanna lo llama, “Cenizo” le llama y él, que casi logra superar la puerta, tiene que parar y esperar en modo firme a que le digan que se necesita.
“Ayer por la noche trajeron el animal de Sr. McCaley, Sebastián, así que no quiero que te desaparezcas, porque el carruaje tiene que estar listo, junto a la otra bestia tuya negra” dice, y Jonathan se siente un poco ofendido por todos los insultos que le dedicó a Tempest, pero prefiere mantenerse en silencio y mejor preocuparse por su amigo.
