¿Apuesta?

capítulo 6: las dos caras de la moneda

El día no había empezado para nada bien en el hogar que compartían...

Y eso lo podía notar claramente Miles, no hace poco había despertado con los primeros rayos del sol, al principio confundido ya que no recordaba donde estaba pero al ver a su "copia" dormir a su lado, le regresó de golpe los recuerdos de la noche anterior.

Con algo de fastidio se levantó dispuesto a irse, no necesitaba de la ayuda de los héroes, el mismo puede obtener lo que le falta.

Pero no pudo evitar quedarse mirando al otro zorro durmiente, tenía los ojos hinchados y sombras bajo sus ojos, como si no hubiera dormido toda la noche.

Moviendo la cabeza para evitar sentir lástima (y de paso también evitar involucrarse) salió con apuro de aquella habitación, con rapidez bajó las escaleras y en cuando estaba llegando a la puerta, cierta voz irritante le detuvo.

-buenos días a tí también... Recuerda que no puedes irte, no sabemos tus intenciones- le recordó sin dejar de beber de su café y mirar el periódico.

Derrotado, no le quedó de otra más que desistir en huir, conociendo a ese bastardo de seguro la puesta estaría bajo 7 llaves y por más que quisiera, está conciente que en una batalla contra el cobalto... Perdería.

-en vez de que sigas de arisco... ¿Te apetece un café?- preguntó distraído.

-no lo necesito- respondió esquivo.

-no soy un genio pero creo que no has comido nada desde anoche, no tardará mucho para que tu estómago suene como al cara huevo cuando tiene hambre- sonrió prepotente mientras le prestaba atención.

Quería negarlo pero tenía razón, se estaba muriendo de hambre...

-¿Cómo sé que no le metiste nada a eso?- indagó desconfiado.

Por unos segundos lo miró indignado para luego voltear la mirada a la mesa, no había nada de raro.

-es sólo pan, mantequilla, café y agua hervida... No es veneno- informó con aburrimiento.

Sin duda ese erizo le sacaba de sus casillas...

Aún desconfiado, a regañadientes aceptó la invitación, en respuesta el cobalto le sirvió una taza de café junto a unos panes con mantequilla, ambos desayunaron en silencio.

Era algo incómodo... En cuando Miles iba a preguntar sobre cuándo le dejarían libre, el sonido de pasos por las escaleras llamó su atención y la de su acompañante.

Sus ojos zafiro observaron a su igual actuar de una manera rara, no era nada a lo que vió en la noche.

Notaba su mirada agachada, sus orejas caída e incluso, sus colas eran arrastradas por el suelo.

Oyó un suave y ausente "buenos días", su contraparte se sirvió una taza de café tomando el contenido de un solo trago, agarró lo que parecía unas llaves que reposaban en el mostrador y hablando en voz baja... Se despidió mientras salía por la puerta principal...

Fué en ese momento que se dió cuenta que la puerta no tenía nada de seguro, tails lo había abierto sin problema alguno.

Sintiéndose fuera de lugar, observó en silencio al cobalto pidiendo una explicación...

¿Qué clase de expresión era esa? ¿Por qué tenía el semblante decaído y miserable?

Sonic notó la mirada zafiro tan parecida a la de su buddy posada sobre él, prestándole atención pensó exactamente qué hacer con su invitado mientras tails iba a informarle a Cris sobre la inesperada "visita" que tenían.