Matrimonio Arreglado [Sechan/Chanhun]

Capítulo 1

Exodus es un reino soñado, amplia vegetación, minerales y un pueblo que mantiene firme la economía. Siendo sus tierras muy comerciales, los acuerdos entre reinos no se hacen esperar, sobre todo si de matrimonio se trata. Sobre todo, si involucra al príncipe heredero.

En el comedor del castillo, las paredes blancas son adornadas con banderas con el símbolo de Exodus, los colores negro y dorado son parte de la decoración del castillo.

—Agradezco su presencia en este almuerzo, hijos míos, cuñados y esposa mía.

Todos los presentes en el gran salón inclinan ligeramente la cabeza. El rey, Lee Honggi, estando al lado de su esposa, observa a todos los miembros de su familia en la mesa con detenimiento. Se encuentra satisfecho por la comida servida y por los presentes, exceptuando cierto asiento libre.

—Como sabrán, los años se escapan de mis manos, y mis responsabilidades como rey dictan que debo entrenar al príncipe heredero —toma la diestra de su esposa, se permite observar a su compañera de décadas con ternura—. Quiero disfrutar los últimos años de vida que me quedan, al lado de mi amada esposa.

—Me encantaría que el príncipe heredero te escuchara, padre, pero todos sabemos el tipo de reacción que tendría.

—Jongdae, deberías tener un poco más de fe en nuestro hermano —el príncipe Jongin le recrimina.

—Todos sabemos cómo es Sehun, la presión de ser el príncipe heredero no la asimila por completo —secunda la esposa del príncipe recriminado—. Ha decir verdad, mi rey, dudo que llegue hacerlo.

—Si se me permite opinar... —el único doncel en la mesa observa al rey, quién con un asentimiento le concede la palabra—. Creo que si deja que Sehun conviva con su prometido por un tiempo, a lo mejor termine sintiéndose mucho más cómodo con el asunto, mi rey.

—Opino lo mismo que mi esposo —se permite acariciar una de sus manos con delicadeza del mencionado—. Kyungsoo y yo nos tomamos un tiempo para conocernos antes de casarnos.

—Jongin, cariño —la reina empieza, trata de ignorar el gesto burlesco de su otro hijo castaño, su atención se centra en el pelinegro—, conoces a tu hermano, a la primera oportunidad terminaría escapando en busca de más guerras.

—El príncipe Park aceptó el compromiso sin dudarlo —todas las miradas recaen en el monarca—, es el único que pese a los antecedentes del príncipe heredero está dispuesto a contraer nupcias —sus párpados se cierran por unos segundos, vuelven a abrirse para proseguir—: Su reino necesita protección, es su único requisito, además del respeto a sus costumbres y autonomía, sus exigencias no son otras.

—¿Qué beneficios trae a nuestro reino, padre? —el castaño siente genuina curiosidad.

—Su reino tiene amplios conocimientos en la medicina y sus hierbas medicinales son las más cotizadas. Después del incidente de la peste del verano anterior, a nuestro reino le vendría bien ayuda médica de primera categoría.

—Eso ayudaría mucho de igual forma a nuestros soldados —el pelinegro secunda—. Tener a sus médicos en el campo de batalla nos fortalecería en las guerras.

—No nos hace falta, nuestro ejército es el mejor en todo el continente -todos los presentes voltearon en dirección al dueño de la voz, hace una reverencia—. Buenas tardes con todos.

Alto, fornido, vestido elegantemente de negro, teniendo su capa dorada colgado de un hombro, su cabellera azabache combina en conjunto con su vestimenta. El hombre toma asiento, justo en el lugar que se encontraba vacío, se dispone a retirar sus guantes para así empezar a degustar del platillo que uno de los sirvientes le colocó en frente.