Capítulo 9

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Chanyeol se ha mantenido a raya, de verdad que sí, sabe que es un asunto en el que no puede intervenir pero realmente empieza a irritarle que el Concejo de Exodus le prepare citas con diferentes nobles a su esposo.

Después de haber compartido aquel fin de semana en casa de su nana, de conocerse un poco mejor y estar unidos en cuanto a descubrir qué demonios está pasando, pareciera que tanto los reyes y el Concejo se pusieron de acuerdo para que su esposo traiga herederos. No concibe que todo lo que está pasando se haya desarrollado en un mes.

Es doloroso, porque entiende perfectamente la jugada que están planificando: si su esposo tiene herederos es más fácil hacer que se divorcien.

No ha podido conversar con su esposo al respecto, últimamente está tan lleno de trabajo que cuando llega a su dormitorio al tocar la cama se queda completamente dormido. No lo culpa, apenas puede lidiar con lo que está pasando y por lo menos le alivia saber que su esposo está reacio a traer herederos; de acostarse con otros.

Es un detalle que le permite confiar en él, en su palabra. Le prometió que estando juntos como matrimonio nunca cometería un acto en contra de su honor, y le cree porque tal sinceridad no puede ser un engaño. Además, su sentido de la responsabilidad no se le permite.

Por otro lado, se siente realmente herido por la reina; su suegra no ha dudado ni un segundo en ponerse en su contra, cuando en ningún momento ha hecho algo en contra de su reino, ni de su hijo o de su familia en sí. Está frustrado y molesto con su actitud.

Por eso le sorprendió que entrara en su estudio esta mañana, sobre todo porque hacía tiempo no conversaban los dos a solas.

—Quería comentarle sobre la negativa de mi hijo en cuanto a la búsqueda de herederos, príncipe.

—Mi esposo ha dejado claro que no quiere herederos, alteza —empieza, firma unos documentos en su escritorio y vuelve su concentración hacia la fémina—. Está muy cansado por las labores reales, lo idóneo es que dejaran de insistir al respecto.

—Creo que no entiende la importancia de un heredero, príncipe. Se asegura de esta forma la línea de sucesión.

—Si lo que quiere es que le pida a mi esposo que me sea infiel me temo que no pasará, alteza.

—No es una infidelidad —refuta—no hay mayor honor que cuidar del primogénito de mi hijo.

—Si ya ha terminado de ofenderme puede continuar con su rutina, alteza —aprieta su mandíbula—. Tengo trabajo pendiente.

—No es con intención de...

—Sí lo es, porque una vez mi esposo se acueste con quién le dé herederos será un hazmerreír. No pensé que me despreciara tanto como para pedirme personalmente que convenza a mi esposo de acostarse con otra persona —siente sus ojos picar—. A diferencia de usted, yo sí le tenía gran aprecio y de verdad esperaba poder aprender mucho de usted, me recordaba mucho a mi ma... —carraspea, se frustra consigo mismo por su emotividad—. Tengo trabajo que hacer, espero sepa comprender.

La reina tiene sus manos aferradas a su vestido, afectada por el semblante de su yerno.

—¿Por qué se casó con mi hijo? —su voz es inestable—. Dígame sus razones.

—¿Creería mis razones? —responde con una triste sonrisa mirando los papeles en su escritorio.

—Me gustaría escucharlas.

—Era infeliz... —se permite mirarla a los ojos—. Estaba sufriendo, cada día era más oscuro que el anterior y aunque no tuve el mejor recibimiento por parte de mi esposo en un inicio, actualmente aprecio mucho su compañía y la gente de la que estoy rodeado. Me siento útil y querido... me siento vivo.

Matrimonio Arreglado [Sechan/Chanhun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora